Lima, 28 ago (EFE).- El presidente de Perú, Martín Vizcarra, se mostró este miércoles confiado en que el Congreso, dominado por la oposición y en donde apenas cuenta con diputados afines, "dará la talla" y terminará aprobando su polémica propuesta de adelanto electoral para terminar con la crisis política del país.
El mandatario se expresó así durante una entrevista en el Canal N de la televisión peruana en el que insistió en su propuesta como la única solución viable y "coherente" para resolver el clima de "confrontación" de permanente entre los poderes Legislativo y Ejecutivo.
Vizcarra, que la próxima semana se reunirá con el presidente del Congreso, Pedro Olaechea, para abrir un diálogo y buscar formas de reducir la tensión con el Congreso, fue sin embargo inflexible a la hora de apuntar que lo único discutible será "el procedimiento y el cronograma" para lograr el adelanto electoral.
El presidente sorprendió a toda la clase política peruana el pasado 28 de julio al anunciar durante un discurso la presentación de un proyecto de reforma constitucional al Congreso para adelantar un año las elecciones generales y que el pueblo peruano elija tanto un nuevo parlamento como un nuevo presidente.
El anuncio fue visto con profundo rechazo por la mayoría parlamentaria e incluso por la diputada y vicepresidenta Mercedes Aráoz, quien abandonó la bancada oficialista y desde entonces no ha cesado de expresar su rechazo a las políticas de Vizcarra.
Pese a que en principio no cuenta con mayoría y ha sido muchos los diputados que han dicho públicamente que no votarán el proyecto, Vizcarra confió en que pronto los legisladores estarán "procediendo con su análisis" de la reforma, "una alternativa viable si pensamos en el Perú".
"Si actuamos en positivo, hay sustento y lógica para que esta propuesta sea aceptada", añadió.
Sin embargo, Vizcarra rehusó a responder si solicitará una moción de confianza a la cámara si esta no aprueba su propuesta, un paso que detonaría una nueva crisis y obligaría a los diputados o bien a aceptar su pedido o bien afrontar una disolución constitucional del Parlamento.
"Los constitucionalistas dicen que no habría problemas en presentar una moción. No será la carta que queremos usar, pero es una herramienta que se puede usar cuando sea necesaria. Pero creemos que el Congreso dará la talla", afirmó.
En cualquier caso, Vizcarra apuntó que él no ha pensado en renunciar y que sólo piensa deja el poder cuando haya elecciones generales.
Asimismo, también reconoció que hay fuerzas en el congreso que piensan en activar una destitución presidencial, un proceso que dijo que aceptaría "con la tranquilidad de siempre".
"Si creen que el clamor de la población se calla con la vacancia, que la hagan", desafió.
Vizcarra se refirió también a la posibilidad de que la fiscalía reabra una investigación en su contra por actividades irregulares en el caso del aeropuerto de Chinchero cuando era ministro de Transportes durante la presidencia de Pedro Pablo Kuczyski (2016-2018).
El presidente descartó haber cometido cualquier irregularidad en ese caso y se abrió a cualquier investigación.
Del mismo modo, apuntó que las supuestas nuevas pruebas de la fiscalía que podrían vincularlo actos de corrupción y que se conocieron este miércoles, como la presencia de documentos de su ministerio en los ordenadores del concesionario de las obras al que supuestamente favoreció, corresponden simplemente a información pública que varios organismos e instituciones también tenían.
Opositores a Vizcarra han esgrimido el caso de Chinchero de forma reiterada contra el presidente, como una muestra de hipocresía ante la lucha frontal contra la corrupción que el mandatario ha enarbolado desde que asumió el poder en marzo de 2018.
Uno de los principales enemigos del presidente, el ex Fiscal de la Nación Pedro Chávarry, amenazó en reiteradas ocasiones con reabrir el caso Chinchero y acusó a Vizcarra de impedir las investigaciones, sin que en ningún caso llegara a hacerlo.