El desafío de la adolescencia
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La adolescencia es un período clave para el desarrollo de las personas. Es una etapa de profundos cambios. Se trata de una enorme transición durante la cual el niño se transformará en adulto.

Durante esta etapa nos enfrentamos a cambios corporales, hormonales, psicológicos, sociales y emocionales. Podríamos decir que el adolescente está embarcado en una gigante tarea: abandonar la infancia para convertirse en adulto.

Claro está, semejante proceso requiere de muchos años para completarse. Comienza alrededor de los 12 años y se extiende hasta los 25 años o algo más, según el caso.

Como todo período de cambios, presenta desafíos y zonas de riesgo. Es importante que los padres comprendan que el adolescente aún necesita la orientación y la guía de un adulto. Son muchos los motivos que hacen que este momento de la vida sea particularmente frágil.

Uno de ellos, es el tiempo que demora el cerebro en alcanzar su madurez.

El National Institute for Mental Health en su artículo “El cerebro de los adolescentes: 7 cosas que usted debe saber”, da los siguientes datos:

El desafío de la adolescencia

1. El cerebro alcanza su mayor tamaño en la adolescencia temprana:

En las niñas, el cerebro alcanza su mayor tamaño alrededor de los 11 años, mientras que en los niños ocurre alrededor de los 14 años. Esto no significa que unos sean más inteligentes que otros.

2. El cerebro continúa madurando incluso después de que deja de crecer:

El cerebro no termina de desarrollarse y madurar hasta los 25 o 30 años.

La parte frontal del cerebro, llamada corteza prefrontal, es una de las últimas regiones del cerebro en madurar.

Esta es el área responsable de ciertas habilidades como planificar, establecer prioridades y controlar impulsos.

Debido a que estas habilidades aún se están desarrollando, es más probable que los adolescentes participen en comportamientos arriesgados sin tener en cuenta los posibles resultados de sus decisiones.

3. El cerebro adolescente está listo para aprender y adaptarse:

El cerebro de los adolescentes tiene mucha plasticidad, lo que significa que puede cambiar, adaptarse y responder a su entorno.

4. Muchos trastornos mentales aparecen durante la adolescencia:

Los cambios continuos en el cerebro, junto con los cambios físicos, emocionales y sociales, hacen que los adolescentes sean vulnerables a problemas de salud mental. Pueden surgir muchos trastornos mentales, como esquizofrenia, ansiedad, depresión, trastorno bipolar y trastornos alimentarios.

5. El cerebro adolescente puede ser más susceptible al estrés:

Debido a que el cerebro adolescente todavía está en desarrollo, los jóvenes pueden responder al estrés de manera diferente que los adultos, lo que podría originar trastornos mentales relacionados con el estrés, como ansiedad y depresión.

6. Los adolescentes necesitan dormir más horas que los niños y los adultos:

Las investigaciones muestran que las concentraciones de melatonina (la "hormona del sueño") en la sangre de los adolescentes son naturalmente más altas más tarde por las noches y caen más tarde por las mañanas que en la mayoría de los niños y adultos.

Esta diferencia puede explicar por qué muchos adolescentes se quedan despiertos hasta tarde y les cuesta levantarse por la mañana.

Los adolescentes deben dormir entre 9 y 10 horas por noche, pero la mayoría de ellos no duermen lo suficiente.

La falta de sueño puede dificultar la atención, aumentar la impulsividad e incrementar el riesgo de irritabilidad o depresión.

7. El cerebro de los adolescentes es resistente:

Aunque la adolescencia es una etapa vulnerable para el cerebro y para los adolescentes en general, la mayoría de los adolescentes crecen y llegan a ser adultos sanos.

Conclusiones

El hecho de que el cerebro no complete su maduración hasta los 25 años, hace que esta etapa sea especialmente de riesgo. ¿Por qué? Justamente porque la zona del cerebro que más demora en madurar es la que permite la planificación y el control de impulsos.

De este modo, el adolescente no tiene aún esa herramienta básica que es la capacidad de organizarse, planificar y controlar sus impulsos. Debido a esto, es muy probable que no pueda evaluar ni considerar las consecuencias de sus actos y de sus decisiones.

Es por esto, entre otras cosas, que la adolescencia es un período de riesgo. El adolescente puede así, involucrarse en situaciones peligrosas. Esto hace que sea muy necesario que durante esta etapa cuente con la contención adecuada, tanto en el ámbito familiar como en el escolar y otras instituciones.

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