Túnez, 25 jul (EFE).- El presidente de Túnez, Kaïes Said, encargó hoy la formación de un nuevo Gobierno al ministro de Interior en funciones, Hichem Mechichi, un hombre de su entera confianza para tratar de sacar al país de la aguda crisis económica y social que padece, agravada en las últimas semanas por la disputa en la frágil coalición gubernamental.

Abogado de 46 años, Mechichi, que fue asesor legal del propio mandatario, comenzó su carrera política en el ministerio de Asuntos Sociales y fue jefe de Gabinete del ministerio de Transporte antes de integrar el Ejecutivo de su predecesor Elyes Fakhfakh, quien el dimitió el pasado 15 de julio tras ser acusado de corrupción por no declarar su participación accionarial en empresas contratadas por el Estado.

Fakhfakh abandonó contra su voluntad presionado por el presidente después de que Ennahda anunciara que contaba con los votos necesarios para presentar un moción de censura contra su socio, lo que le habría concedido el derecho a designar al sustituto.

Diplomado en Ciencias Políticas, Mechichi también ocupó otro puesto de alta responsabilidad en el ministerio de Sanidad y dirigió la Agencia Nacional de Control Sanitario y Medioambiental de Productos (ANCSEP).

Considerado un independiente, fue elegido entre una quincena de candidatos propuestos por los diferentes partidos políticos, entre ellos, el exministro de Finanzas Mohamed Fadhel Abdelkefi y el analista financiero Khayem Turki, ambos del agrado partido conservador de tendencia islamista Ennahda, primera fuerza en el Parlamento, y los populistas "Corazón de Túnez", primer partido de la oposición al que los islamistas han cortejado en los últimos meses.

Mechichi es el tercer político designado para formar gobierno desde las elecciones de noviembre de 2019, tras el candidato de Ennahda, Habib Jemli, que fracasó en el intento al no lograr la mayoría absoluta en el Parlamento, y el propio Fakhfakh, confirmado en enero tras dos meses de duras e intensas negociaciones.

El candidato tiene ahora un plazo de 30 días -renovable un mes más- para formar su propio gabinete y conseguir los 109 apoyos que necesita en la Asamblea.

En caso de que fracase, el presidente de Túnez tiene la potestad de disolver la cámara y convocar elecciones, que serían las segundas en apenas un año.

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