Las nuevas tecnologías van trayendo cambios en las conductas, en la vida y en la forma de relacionarse.

ClaudiaAlemanLos teléfonos inteligentes (smartfhones) han establecido nuevas modalidades de comunicación, y han sido ampliamente incorporados a la vida cotidiana transformando muchos de nuestros hábitos.

Los specialistas se preguntan ¿los desarrollos tecnológicos nos permiten comunicarnos mejor, o nos aíslan cada vez más? ¿El tiempo que dedicamos a estar en las redes sociales, en los juegos, a qué o a quién se los sacamos? ¿Qué dejamos de ver en nuestra vida “real” mientras pedimos vidas en el Candy Crush?

Nuevas conductas I
El Phubbing

La palabra Phubbing surge de la unión  de las palabras inglesas phone y snubbing, equivalente del castellano despreciando. Algo así como despreciar mediante al otro el uso del teléfono.
Es dejar de prestarle atención a la persona que tiene al lado por mirar su celular.
Es preferir mirar a la pantalla de su teléfono para actualizar un estado de Facebook, para publicar algo en Twitter, para enviar mensajes por WhatsApp, jugar, pedir vidas en el Candy Crush, o lo que sea.

Es elegir al aparato por sobre la persona que tienes en frente.
Esta conducta, phubbing, ha ido en aumento con la incorporación de los teléfonos inteligentes y la multiplicidad de tareas que permiten realizar.

Es ya común ver a un grupo de amigos o a una familia comiendo en un restorán y, en vez de compartir una conversación como se haría en otra época, cada uno mira su celular y no se comunican entre ellos de manera directa.  

Nuevas conductas II
La Nomofobia

La nomofobia es el miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil.
El término, que es una abreviatura de la expresión inglesa "no-mobile-phone phobia", y fue acuñado durante un estudio realizado por la Oficina de Correos del Reino Unido  para estimar la ansiedad que sufren los usuarios de teléfonos móviles.

El estudio se llevó a cabo en Reino Unido en 2011 y, reveló que casi el 53% de los usuarios de teléfonos móviles en el Reino Unido tienden a sentir ansiedad cuando "pierden su teléfono móvil, se les agota la batería o el crédito, o no tienen cobertura de la red." De acuerdo con el estudio, alrededor del 58% de los hombres y el 48% de las mujeres sufre de la fobia, y un 9% adicional se siente estresado cuando sus móviles están apagados.

La investigación también ha demostrado que los niveles de estrés de una persona con nomofobia son equiparables con los nervios que se tienen el día antes de la boda o de la visita al dentista.

Respecto de las razones para que la ansiedad se manifestase, el 55% afirmó que era por el hecho de estar "aislado" de las posibles llamadas o mensajes de familiares y amigos, mientras que un escaso 10% afirmó que la causa era su trabajo, ya que le exigía estar conectado permanentemente.

La nomofobia puede manifestarse en las siguientes situaciones:

No tener el móvil encima.
Olvidarlo en casa.
Quedarse sin batería.
Estar en una zona sin cobertura.
Los síntomas

La ansiedad es un factor que funciona como señal de alarma ante el comienzo de una fobia. Si la persona olvida su móvil y está nerviosa, ansiosa, angustiada, si repite constantemente que no tiene consigo el teléfono, si está pensando y hablando sólo de eso, esta puede ser la bandera roja que indica que hay un problema en puertas.

Los principales síntomas son
La agresividad.
La dificultad para concentrarse.
La inestabilidad emocional.

Ante el olvido del celular el nomofóbico regresa a su búsqueda, lo que sería natural en cualquier persona, salvo que el fóbico es capaz de desviarse de su rutina diaria y hasta faltar a compromisos importantes, infringir leyes y tener problemas con otras personas por hacerlo. Es más importante, para esta persona, tener el móvil consigo que cumplir con sus obligaciones y compromisos.

El nomofóbico está siempre pendiente del teléfono. Lo mira, analiza nuevos correos, llamadas o mensajes varias veces por hora. Los estudios demuestran que pueden hacerlo hasta una vez por minuto, en una conducta que se describe como compulsiva.

Si no tienen mensajes o comunicaciones, suelen recorrer en el móvil sus archivos, sus elementos en memoria, iniciar un jueguito, ver la configuración, dejando de lado la realidad que está viviendo por ejemplo: una reunión de trabajo, de amigos, una charla, un evento deportivo o cualquiera sea, para estar buceando en su teléfono.

Si conoce a alguien que en las reuniones con amigos, en la universidad, el trabajo, en casa, hasta en el baño, mira la pantalla cada dos minutos aunque no espere ninguna llamada; puede olvidar todo menos su teléfono; y sufre estrés en lugares en donde no se permite el uso del móvil, seguramente se trate de un nomofóbico.

Frase de la semana
“¿Por qué esta magnífica tecnología científica, que ahorra trabajo y nos hace la vida más fácil nos aporta tan poca felicidad? La respuesta es esta: porque aún no hemos aprendido a usarla con tino.”
Albert Einstein

 

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