Opinan los especialistas que los trastornos de alimentación tienen, en muchos casos, una causa emocional. Una gran cantidad de personas no se sienten conformes con su peso y pasan de una dieta a otra sin conseguir bajar esos kilos de más. Viven luchando contra su cuerpo y su imagen, y no encuentran la forma de sentirse a gusto con ellos mismos. 

ClaudiaAlemanLas estrategias más elegidas para conseguir el objetivo de perder peso suelen ser comer menos y hacer más ejercicio. Sin embargo, es bastante frecuente que este objetivo no se consiga o que en poco tiempo se recupere el peso perdido.

¿Qué es lo que no funciona?

¿Por qué es tan difícil cambiar los hábitos de alimentación?

Nos dicen las últimas investigaciones que si se quiere perder peso, no hay perder de vista sus emociones, pues las emociones juegan un papel muy importante en la forma de alimentarse y en la manera de asimilar los alimentos.

Algunos datos

Según un trabajo realizado por el Consumer Reports National Research Center (Centro de Investigación Nacional del Consumidor de Estados Unidos), se debería prestar atención al papel que juegan las emociones en la ganancia y en la pérdida de peso, si se quiere tener éxito.

La encuesta fue realizada a más de 1.300 psicólogos que tratan frecuentemente las dificultades que tienen las personas para perder peso.

Entre las estrategias esenciales para perder peso y no recuperarlo, los profesionales encuestados citaron:

1) la comprensión y el manejo de los comportamientos y las emociones relacionadas con el control de peso (44%)

2) el mantener una rutina de ejercicio regular (43%)

3) el escoger los alimentos adecuados (28%).

En cuanto a la principal barrera para la pérdida de peso, el 43% habló del “comer emocional”.

En general, conseguir un mayor autocontrol sobre las conductas y las emociones relacionadas con la alimentación, fue la clave para lograr el objetivo propuesto.

Según la encuesta, el 92% opina que en muchos casos, cuando hay un aumento de peso, también subyace algún problema emocional. Además, los resultados del estudio muestran que la mayoría de los psicólogos (más del 70%) opina que: identificar y abordar los pensamientos y emociones negativas que conducen a comportamientos no saludables, la solución de problemas y el mindfulness, son las mejores estrategias para hacer frente al objetivo de perder peso.

Los resultados de este estudio muestran el papel importante que tienen las emociones en la pérdida de peso, por lo que se deriva que cualquier programa de adelgazamiento debe integrar la alimentación saludable, el ejercicio físico y la intervención psicológica con estrategias para regular las emociones.

En general, el estudio mostró que conseguir un mayor autocontrol, tanto sobre los propios comportamientos como sobre las emociones relacionadas con el hecho de comer eran aspectos clave que, además, suelen ir unidos.

Los problemas de peso están causados por una combinación de factores biológicos, ambientales, emocionales y conductuales. No obstante, para solucionar los problemas de sobrepeso, es fundamental aprender a manejar el estrés y a regular las propias emociones y conductas.

Sobrepeso emocional

En su libro “Sobrepeso emocional” la psiquiatra Stéphane Clerget, nos explica que la nutrición es mucho más que un mero combustible para el cuerpo. La forma de comer, nos dice, forma parte integrante de nuestro sistema emocional.

Nos dice la autora que comer puede ser una forma de consuelo, de huida de pensamientos, recuerdos o sentimientos dolorosos. Comer ofrece también un placer fácil, destinado a compensar alguna inquietud o contrariedad. Comer, en algunas ocasiones, puede ser contemplado incluso como un acto agresivo hacia uno mismo.

Las emociones ocupan el lugar central en los problemas del sobrepeso y es necesario identificarlas y solucionarlas para conseguir modificar los hábitos alimenticios.

Según esta nueva tendencia para encarar el problema del sobrepeso es necesario y fundamental entender y trabajar con el campo emocional.

Las emociones influyen en la elección de los alimentos, en las conductas alimentarias e incluso en el almacenamiento de grasas. Pero, dice la autora, los alimentos que escogemos también influyen en nuestras emociones.

Si su objetivo es bajar de peso, es aconsejable que identifique sus emociones. Eso le permitirá aumentar su autocontrol y mejorar su manera de alimentarse.

Frase de la semana

No somos responsables de las emociones, pero sí de lo que hacemos con las emociones.
Jorge Bucay

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