Siempre se dijo que la primera impresión es la que cuenta. ¿Es así? ¿Cuánta fuerza tiene esa primera impresión?

La apariencia, la forma de vestir, los gestos, los modales, el tono de voz, la forma de hablar, el modo de moverse, son pequeños detalles que conforman una primera imagen de nosotros mismos que damos a los demás.

Se suele decir que una imagen vale más que mil palabras. Y justamente la primera no es una imagen cualquiera, se trata de la imagen con la que nos presentamos. Es una imagen, es cierto. Pero se trata de una imagen poderosa sobre la que se construirá el resto de la relación.

Puede resultar sorprendente, pero los estudios afirman que, en general, las personas somos bastante buenas en esos breves análisis que hacemos con las primeras impresiones. Con esos detalles armamos un perfil de la persona, y es probable que eso determine lo que ocurra después.

Es esa primera impresión, esa “instantánea” que sacamos con solo ver al otro la que va a modelar el resto de la relación. Es la oportunidad que tenemos de darnos a conocer en un microsegundo, de dejar una marca, de imprimir algo de nosotros en la experiencia con el otro.

Se afirma que una primera impresión tiene mucha importancia en situaciones concretas, por ejemplo, en una primera cita, en una entrevista de trabajo, en una reunión, el primer día de trabajo, o en un examen.

Resulta que varios estudios científicos vienen a confirmar esa idea. No sólo parece ser cierto que la primera impresión cuenta, sino que muchas investigaciones afirman que las primeras impresiones pueden tener más poder del que imaginábamos.

Un estudio de la Universidad de Princeton reveló que en sólo una décima de segundo nos creamos una imagen de la persona en base a su apariencia facial. Una décima de segundo basta para crear una primera impresión, que luego será muy difícil de cambiar. Veloz, ¿no? Así funcionan las primeras impresiones. Como una primera foto que impregnará y determinará nuestra idea del otro.

Otro estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Cornell (Ithaca, Estados Unidos) llegó a la conclusión de que nuestras primeras impresiones perduran incluso después de interactuar con una persona cara a cara.

Algunas investigaciones afirman que ni siquiera los hechos objetivos harán cambiar las primeras impresiones. Según estos estudios las primeras impresiones son tan poderosas que tienen más peso que los hechos comprobables.

En este sentido, un estudio comprobó que cuando a los participantes del experimento se les explicaba la orientación sexual de una persona, estos seguían creyendo que el individuo era gay o heterosexual basándose simplemente en su primera impresión, aunque su opinión contradijera la información que habían recibido luego.

“Juzgamos libros por sus portadas, y no podemos evitar hacerlo”, dice Nicholas Rule de la Universidad de Toronto.

Así es que una primera impresión puede determinar todo lo que pensamos sobre una persona, y afectar el resto de la relación que tengamos con ella.

Un estudio publicado en la revista Personality and Social Psychology Bulletin reveló que tanto el estilo al vestir como la postura tienen un papel muy importante en las primeras percepciones. Otra investigación demostró que también tiene mucho que ver la fuerza con la que se estreche la mano de alguien. Un apretón de manos flojo da una impresión de pasividad, según algunos investigadores.

Algunas conclusiones
1. Las primeras impresiones se forman en una o dos décimas de segundo. 
2. Las primeras impresiones influyen en nuestros recuerdos sobre la persona.
3. Las primeras impresiones son bastante difíciles de cambiar, incluso en el caso de que veamos información contraria, o los hechos demuestren lo contrario.
4. Las primeras impresiones son bastante exactas. 
5. Las primeras impresiones se pueden producir en la vida real o también online. Según algunos estudios la valoración “online” es en general más negativa.
6. Las primeras impresiones determinan nuestras ideas y juicios sobre esa persona.

Cómo dar una buena primera impresión
1. Presente una apariencia adecuada. Recuerde que la forma de vestir y la postura corporal influyen en la primera impresión. 
2. Adecuado significa estar al tono con la ocasión. Inadecuado es ir demasiado bien o demasiado mal vestido para la ocasión.
3. Intente que la ropa le quede bien.
4. Cuide la forma de expresarse. Use palabras adecuadas a las circunstancias.
5. Use un lenguaje corporal adecuado. Recuerde que la postura corporal, la mirada, los gestos son muy importantes.
6. Escuche con atención.
7. Muestre confianza en usted mismo.
8. Sea expresivo. Comunique lo que quiere decir con amabilidad y firmeza.
9. Dé la mano con la fuerza justa.
10. Sea fiel a su propia esencia y no pretenda imitar a nadie.
 

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