Se encuentra en grano, en polvo, en pasta, en aceite y dentro de sazones y adobos, pero pocos saben de dónde viene, y todas sus usos y características. Rara vez falta en los recetarios de México y Puerto Rico, y es considerado el azafrán del Caribe y de Latinoamérica.

En la gastronomía mexicana se usa más en pasta; y en polvo o como ingrediente de otros adobos es tradicional en la comida boricua. Calentando las semillas en un colador dentro del aceite hasta que se tornara rojo, es suficiente para hacer maravillas en la cocina.

El achiote es una semilla bien coloradita y un poquito más grande que un grano de pimienta pero no tan redonda. Y las hermosas y curiosas flores del árbol de anato están repletas de ellas como en forma de racimo de uva en miniatura. Se usa para sazonar de todo, para darle color y sabor a una sopa, un guiso, un pollo, el cerdo, el pavo, salsas, moles y arroces.

En pocas palabras, el achiote, tambien llamado axiote, urucú, shambu, onoto, bija y azafrán de la tierra, es el que pinta nuestros más típicos platillos. Su color es tan intenso que se usa como colorante natural para mantequillas, quesos y otros productos. En Colombia pinta la masa de las empanadas, y también se usa en la masa de tortillas o empanadillas, para colorear un rebozado o simplemente adornar un plato. Se cultiva en Filipinas y Latinoamérica y hay evidencias de que existe en la cocina desde antes del siglo XIV.

En inglés frecuentemente se escribe annatto. Combina perfecto en la comida con el culantro, el cilantro, naranja y naranja agria, orégano, ajo, comino y el “all spice”, entre muchos otros.

Propiedades medicinales

Al achiote se le atribuyen diferentes propiedades terapéuticas: astringente, antiséptico, emoliente, antibacterial, antioxidante, expectorante, cicatrizante, febrífugo, estomáquico y antidisentérico, diurético y antigonorreico, purgante y desinflamatorio.

La semilla molida es utilizada para tratar sarampión, viruela, afecciones estomacales, enfermedades del riñón, disentería y febrífugo, astringente y ligero purgante. La pulpa se usa en quemaduras y ampollas.

Las hojas actúan contra malestares de garganta, afecciones respiratorias, dolores renales, inflamaciones dérmicas y vaginales, fiebre, hipertensión, vómitos sanguíneos, diarrea, hemorroides, angina, abscesos, cefalalgia, infecciones de la piel y conjuntivitis.