Asunción, 9 jul (EFE).- Dos personas fueron crucificadas hoy en Asunción, sumándose así a otras cinco que están así desde hace varios días, con la esperanza de que les visite el papa Francisco, que llega a Paraguay el viernes, y que les ayude a conseguir los derechos que dicen adquirieron en la construcción de la represa de Itaipú.

A las cinco personas, cuatro hombres y una mujer que fueron clavadas hace diez días frente a la sede de la embajada brasileña en Asunción, se les unieron esta mañana Policarpo Ortigoza, de 62 años, y Nelly Florentín, de 41 años.

Ortigoza trabajó durante 12 años en la represa de Itaipú, que Paraguay comparte con Brasil, mientras que Florentín estuvo empleada como funcionaria de esta hidroeléctrica durante cinco años.

Todos esperan, clavados a unos maderos extendidos en la acera, que el papa Francisco rompa el protocolo y se acerque a ese lugar para aceptar ser "un mediador que dialogue con el Gobierno para solucionar lo más pronto posible la situación", dijo a Efe Florentín.

"Ojalá el papa se salte su rutina y venga a visitarnos, porque va a pasar cerca de acá al menos en dos ocasiones", afirmó a Efe Roberto González, que hoy cumple diez días acoplado a su cruz, después de que entre diciembre y enero pasara 58 días "crucificado"

Por si el pontífice decidiera incluirlos en su agenda, los extrabajadores de Itaipú ya tienen todo preparado en las carpas en las que se resguardan de las bajas temperaturas nocturnas y de la lluvia intermitente durante su protesta.

A las habituales imágenes de varias vírgenes y santos y los íconos de Jesucristo en la cruz se han unido varios carteles que dan la bienvenida al papa Francisco.

Hay además un fotomontaje de Jorge Bergoglio frente a la fachada del Santuario de Caacupé, capital mariana de Paraguay, donde el pontífice oficiará una multitudinaria misa este sábado.

El pequeño altar instalado junto a los "crucificados" está presidido por una imagen de Francisco junto a una de sus frases, en la que aseguró que "la mujer paraguaya es la más gloriosa".

"Estamos acá demostrándole al papa que las mujeres paraguayas somos luchadoras, somos valientes, y nos sacrificamos porque no nos queda otra que vencer o morir. La mujer paraguaya es la kuñá mbareté ("mujer fuerte", en guaraní)", enfatizó Rosa Cáceres, crucificada por segunda vez desde que pasara las Navidades de 2014 clavada a una cruz y soportando temperaturas cercanas a los 40 grados.

Los siete "crucificados" están acompañados y asistidos por decenas de compañeros que hoy cumplieron un mes acampados frente a la embajada de Brasil, en el centro de Asunción.

La protesta está encaminada a que Itaipú les otorgue unos beneficios económicos como extrabajadores de la represa, en cumplimiento de un convenio de 1978.

La coordinadora de extrabajadores de Itaipú tiene previsto llevar su reclamo al encuentro que Francisco mantendrá con representantes de la sociedad civil este sábado en el estadio León Condou de Asunción.

Francisco es el segundo papa que visita Paraguay, tras la llegada de Juan Pablo II en 1988.