Yuba, 29 oct (EFE).- El Ministerio de Servicio Público y Recursos Humanos de Sudán del Sur anunció hoy que no aplicará una subida sustancial de las tasas que deben pagar los extranjeros para residir y trabajar en el país, tras recibir críticas por su plan de gravar 10.000 dólares por persona.

Un responsable del Ministerio de Trabajo, que pidió el anonimato, dijo a Efe que el Gobierno retiró la decisión de aumentar las impuestos después de que las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) le acusaran de querer entorpecer sus operaciones en las zonas de conflicto, en especial las controladas por la oposición armada.

La fuente agregó que el Gobierno retiró esta decisión después de una visita a Yuba de la embajadora de EEUU ante la ONU, Nikki Haley, y su encuentro con el presidente sursudanés, Salva Kiir, en el que se cree que abordaron el asunto.

En un documento interno, el Ministerio de Trabajo detalló que las tasas se determinarán según la naturaleza del trabajo y el puesto que ocupa cada trabajador.

Por ejemplo, la tasa anual que deben abonar al renovar su permiso de trabajo los consejeros y administradores de empresas es de 4.000 dólares; para los que ejercen oficios especializados, 3.000; y para los técnicos es de 2.000 dólares.

Los trabajadores menos cualificados pagarán entre 1.000 y 200 dólares, según su puesto.

El Ministerio de Servicio Público estableció de plazo hasta el 10 de noviembre para que los trabajadores extranjeros realicen los pagos atrasados, que deben abonar en el Banco Central, y a partir de esa fecha se aplicarán las nuevas tarifas.

Todos los trabajadores en Sudán del Sur pagaban cien dólares al año para obtener su permiso de trabajo, antes de que el Gobierno aprobara un plan para recaudar más impuestos.