Marawi (Filipinas), 31 may (EFE).- Las Fuerzas Armadas de Filipinas lanzaron hoy intensos bombardeos sobre las zonas tomadas por yihadistas afines al Estado Islámico (EI) en la ciudad sureña de Marawi, donde se estima que unos 100 civiles podrían haber muerto tras nueve días de combates.

El ruido de las bombas, acompañado por espesas columnas de humo, ensordeció el centro de Marawi desde primera hora de la mañana, cuando el Ejército retomó los bombardeos y ataques aéreos contra las posiciones del Grupo Maute, que aún controla tres barangays (barrios) de la zona central.

Derrotar a los rebeldes que quedan, varias decenas según las autoridades, "está siendo muy complicado, porque son zonas urbanas y hay que despejar bloque a bloque, casa a casa", indicó a Efe el teniente coronel Jo-ar Herrera, portavoz de la 1ª División de Infantería.

En la zona tomada por los yihadistas hay atrapados unos 2.000 civiles a quienes no afectan los ataques aéreos "de precisión", según el portavoz, ya que los aviones apuntan exclusivamente a posiciones de Maute, la organización afín al EI que la semana pasada lanzó una ofensiva para hacerse con el control de la ciudad.

Sin embargo, el portavoz del Comité de Gestión de Crisis de la provincia de Lanao del Sur, Zia Alonto Adiong, aseguró que "el número de bajas civiles rondaría el centenar" como consecuencia de los bombardeos y el fuego cruzado entre ambas partes.

El portavoz, que ofreció este dato en exclusiva a Efe en Marawi, aclaró que se trata de una estimación hecha a partir de diversas fuentes, principalmente llamadas de teléfono y mensajes de civiles atrapados en áreas bajo control del Grupo Maute.

Hasta ahora las Fuerzas Armadas de Filipinas solo han reconocido 19 muertes de civiles, que han atribuido en su totalidad a asesinatos a sangre fría de los rebeldes armados.

Los insurgentes, por su parte, sufrieron entre ayer y hoy 14 nuevas bajas y suman ya 89 muertos, informó hoy el Ejército.

En total el conflicto iniciado el pasado martes 23 se ha llevado 119 vidas, contando los 19 civiles muertos y 21 efectivos de las fuerzas de seguridad, según el recuento oficial de las autoridades.

De los 200.000 habitantes de Marawi más de 180.000 han abandonado la ciudad; de ellos más de 95.000 han sido evacuados a refugios en Iligan, a unos 25 kilómetros de distancia, y el resto han huido por su cuenta a localidades cercanas.

Las calles de Marawi se encuentran desiertas, con todos los comercios cerrados a cal y canto, agujeros de bala en los muros de algunas casas y animales abandonados que merodean buscando comida, mientras circulan de forma ocasional vehículos cargados de militares o de efectivos de asistencia.

Estos últimos transportan cada día a decenas de familias que han permanecido durante días sin poder salir de casa por hallarse en zona de combates y que van siendo evacuadas poco a poco a medida que el Ejército gana terreno.

"Llevaba más de una semana escondido en mi casa con mi mujer y mis tres hijos mientras sonaban las balas todo el tiempo. Afortunadamente tenía comida", declaró a Efe Akbuar, un carpintero de 28 años que fue evacuado hoy a un centro provisional junto a la sede del Ayuntamiento, en zona segura.

Por otra parte, el portavoz de las Fuerzas Armadas, Restituto Padilla, dijo hoy que "probablemente es auténtico" el vídeo colgado en Youtube en el que aparece un sacerdote cristiano secuestrado por el Grupo Maute en Marawi junto a 13 de sus feligreses.

En la grabación, el prelado, Teresito "Chito" Suganob, pide desde una calle de la ciudad al Gobierno filipino que cese las operaciones aéreas y cumpla otras demandas de los yihadistas a cambio de preservar sus vidas.

Padilla también reveló que ocho yihadistas se han rendido y entregado las armas, algo que no había ocurrido desde el inicio del conflicto.

La crisis de Marawi comenzó el martes 23, cuando miembros del Grupo Maute lanzaron una ofensiva en la que prendieron fuego a la comisaría, a un colegio, a una cárcel y a una iglesia, además de sembrar el terror recorriendo las calles a bordo de vehículos con banderas del Estado Islámico.

El EI ha reclamado sin aportar pruebas la acción del Grupo Maute, que según el Ejército protege en la ciudad a un destacado yihadista, Isnilon Hapilon, por cuya cabeza Estados Unidos ofrece 5 millones de dólares (4,55 millones de euros).