Bruselas, 7 mar (EFE).- Los líderes comunitarios se mostraron hoy a favor de dejar para más adelante los detalles del nuevo plan planteado por Turquía para contener la llegada de refugiados e inmigrantes irregulares a Europa, que incluye una petición de ayuda europea de otros 3.000 millones de euros.

Los veintiocho socios de la Unión Europea (UE), que volverán a reunirse en el Consejo Europeo de la próxima semana, trabajan en una declaración conjunta "mejorada" sobre la respuesta a la crisis migratoria que incluirá referencias a Turquía de carácter general y que apuntará "detalles a perfilar en el futuro", indicaron a Efe fuentes comunitarias.

Estas fuentes explicaron que las reclamaciones de Turquía, que fueron presentadas en las últimas 24 horas, suponen "decisiones importantes" que no estaban previstas y sobre las que las delegaciones no estaban preparadas para tomar una decisión hoy.

"Algunas delegaciones ni conocían las nuevas ideas turcas", reconocieron otras fuentes comunitarias, que ya apuntaban a que lo más probable es que hoy no se pudiese tomar una decisión en el Consejo Europeo sobre todas las nuevas reclamaciones de Ankara.

El primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen, señaló en un mensaje en la red social Twitter que, aunque hay progresos, probablemente no se alcanzará un acuerdo hoy.

El llamado grupo de Visegrado -República Checa, Eslovaquia, Polonia y Hungría- se ha mostrado reticente al planteamiento que les expuso durante la primera sesión de trabajo de hoy el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, que ahora espera a que los Veintiocho tomen una decisión para volver a reunirse con ellos durante una cena de trabajo que originalmente no estaba prevista.

Davutoglu solicitó otros 3.000 millones de euros a partir de 2018, que se sumarían a los 3.000 millones iniciales que ya acordó con la UE para 2016 y 2017, así como adelantar a junio la liberalización de visados para ciudadanos turcos y acelerar la apertura de capítulos del proceso de adhesión del país a la UE.

A cambio, Ankara se compromete a aceptar la devolución de "todos" los inmigrantes económicos y refugiados que lleguen a Grecia mediante un mecanismo que garantice un balance final "neutral": que cada persona repatriada hacia Turquía se corresponda con el traslado de un refugiado desde este país a la UE.

El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, se ha mostrado durante la reunión a veintiocho claramente en contra de esta posibilidad porque considera que este tipo de políticas no hace más que provocar más inmigración, según fuentes comunitarias.

Otras delegaciones, como la sueca, dijeron que no tenían mandato hoy para dar luz verde a medidas de esta índole, que deberían ser consultadas con su Parlamento nacional.

Muy pocos Estados miembros se refirieron a la situación de la libertad de expresión y de prensa en Turquía, después de que las autoridades hayan confiscado y puesto bajo control del Ejecutivo el diario crítico "Zaman".

Los únicos que hicieron referencia a estos casos fueron los primeros ministros de Italia, Matteo Renzi, y de Bélgica, Charles Michel, además del presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, quienes apuntaron a que estas situaciones podrían revisarse dentro del proceso de adhesión del país a la UE.

Según fuentes diplomáticas, la canciller alemana, Angela Merkel, también abordó este asunto con Davutoglu, con quien se reunió ya el domingo por la noche junto con el primer ministro holandés, Mark Rutte, cuyo país preside el Consejo de la UE este semestre.