Buyumbura, 20 may (EFE).- El presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, reiteró hoy que no se presentará de nuevo si gana las próximas elecciones y pidió a los ciudadanos que cesen las protestas para que las legislativas, que han sido aplazadas hasta el 5 de junio, puedan celebrarse con normalidad.

Las declaraciones del presidente se produjeron pocas horas después de que un soldado muriera tiroteado por la Policía durante las manifestaciones que hubo esta mañana en algunos barrios de la capital del país, Buyumbura, según confirmaron a EFE fuentes del Ejército.

En un discurso emitido por la Radio Televisión de Burundi (RTNB), Nkurunziza aseguró que la opinión pública puede estar tranquila: "Si el pueblo burundés vuelve a confiar en nosotros, éste será el último mandato, tal y como estipuló el fallo del Tribunal Constitucional" de hace dos semanas.

Nkurunziza, que no hacía una declaración pública desde el pasado viernes, también garantizó a los manifestantes que, si abandonan las protestas, pondrá en libertad a todos los ciudadanos que han sido arrestados en el último mes, ya que considera que el país debe centrarse en los próximos comicios del 5 y del 26 de junio.

El presidente de Burundi también hizo un llamamiento a la comunidad internacional y aseguró que las votaciones serán libres, transparentes y se desarrollarán en un clima de tranquilidad.

Sin embargo, las protestas contra la decisión de Nkurunziza de aspirar a un tercer mandato siguieron a lo largo del día de hoy y en Nyakabiga (Buyumbura) un militar murió y otro resultó herido por balas de la Policía, según confirmó a EFE el portavoz del Ejército burundés, el coronel Gaspard Baratuza.

Al mediodía, en este mismo barrio, manifestantes habían robado los puestos de teléfono de una compañía de telefonía móvil y los habían utilizado para levantar barricadas, junto a las que también quemaron neumáticos.

Las protestas comenzaron sobre las 9.00 horas locales (8.00 GMT) en el distrito de Musaga, donde los manifestantes arrojaron piedras contra la Policía, que los dispersó con tiros al aire y gas lacrimógeno.

Tras unas horas de calma, la Policía volvió a dirigir una gran ofensiva para dispersar a los manifestante utilizando munición real, sin que por el momento se conozca si se han producido víctimas.

Los agentes han pedido a los periodistas que abandonen el lugar y habrían utilizado armas de gran calibre para disuadirlos de permanecer en el barrio.

En el distrito de Rohero, los ciudadanos levantaron barricadas a 300 metros del palacio presidencial, en la avenida Muyinga, donde un agente de la Brigada Especial de la Protección de las Instituciones los dispersaron con balas, que alcanzaron a un militar.