Trípoli, 18 may (EFE).- La rama libia del grupo yihadista Estado Islámico ha ejecutado desde el pasado mes de febrero a un total de 49 personas en la ciudad oriental de Sirte, su bastión en la costa del Mediterráneo, denunció hoy la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW).

En un informe de 41 páginas titulado "Sentimos que nos maldicen: la vida bajo Daesh en Sirte, Libia", la organización asegura que los fanáticos de inspiración wahabí-saudí utilizaron diferentes métodos, desde la soga al fusilamiento y la lapidación.

La mayor parte de los ajusticiados fueron condenados por clérigos radiales en procesos sin garantías por delitos como la brujería, el espionaje, la idolatría o el despreció a la divinidad y los símbolos religiosos, agregó.

Además de perseguir y eliminar a opositores y presos políticos, la organización yihadista atentó contra los derechos de los civiles y puso en riesgo su vida al acaparar alimentos, medicinas y combustible y al vetar la libre circulación y transferencia de dinero.

Asimismo se apoderó de las casas de los habitantes que han huido de los combates y de la gestión y de las mercancías almacenadas el puerto de esa ciudad mediterránea, situada a unos pocos centenares de la costa italiana, agregó.

"Daesh (acrónimo en árabe para referirse al EI), que aún es el gobierno de facto en Sirte, debe asegurar que todos los residentes puedan ejercer sus derechos humanos fundamentales, incluidos los derechos a la alimentación y la salud", insistió.

"Los procesos que han desembocado en la ejecuciones practicadas por el EI en Sirte y otras zonas remotas, documentadas por HRW, se hicieron de una forma secreta y son incompatibles con las normas internacionales más elementales para que un juicio se considerado justo", resaltó.

A este respecto, HRW aseguró que varios miembros del consejo municipal y combatientes en Sirte informaron de que la rama libia del EI ha atrapado a decenas de combatientes de milicias enemigas en Libia, y que se cree que muchos de ellos fueron asesinados.

"El asesinato de civiles o combatientes heridos o cautivos en un conflicto armado constituye un crimen de guerra", advirtió la organización, que reprodujo testimonios de ciudadanos maltratados por el EI en Sirte que lograron huir.

Al hilo de este argumento, HRW volvió a instar a todas las partes en conflicto en Libia a adoptar todas las "medidas necesarias para proteger a los civiles de todo daño" en conformidad con las leyes de la guerra.

Y pidió del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que nombre un experto independiente o cree un mecanismo alternativo que permita documentar los graves y continuos abusos cometidos por todas las partes en conflicto en Libia, incluido el EI, con el objeto de disuadirlos y obligarles a rendir cuentas.

"El Consejo de Seguridad de la ONU debería imponer sanciones a los miembros del EI y todo aquel que sea hallado culpable de graves crímenes en Libia -incluidos aquellos que intencionalmente financian o contribuyen abusos - garantizándoles el debido proceso justo", reclamó.

Desde principios de mayo, las tres autoridades que coexisten en Libia se preparan de manera separada y descoordinada para una anunciada ofensiva en Sirte, ciudad situada a menos 400 kilómetros de Trípoli bajo control de los yihadistas desde junio 2015.

Los yihadistas han lanzado, por su parte, una contraofensiva y en los últimos días han logrado avances territoriales en la carretera que une Sirte con la vecina Misrata y han avisado de que su objetivo es celebrar en esa ciudad el mes de ayuno islámico o Ramadán, que comienza a principios de junio.