El Cairo, 29 abr (EFE).- El presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, que hoy llega a España por primera vez desde que asumió su mandato en junio de 2014, muestra un callo en la parte superior de la frente, una marca que, popularmente, se identifica en Egipto con las personas pías.

La "Ilamat al salá" (la marca del rezo), como la llaman algunos, o la "izbiba" (la uva pasa), como otros se refieren a esta protuberancia, se produce como consecuencia del roce de la cabeza con la alfombra durante el ritual del rezo, que los musulmanes deben practicar al menos cinco veces al día.

Aunque esta señal también es perceptible en los rostros de creyentes musulmanes de otros países, es en Egipto donde se encuentra más extendida, y únicamente entre los varones.

Antes que Al Sisi, el presidente Anuar al Sadat, que se esforzó durante su mandato (1970-1981) en ser conocido como "el presidente creyente", ya ostentó el mismo callo.

Curiosamente y a pesar de su declarada religiosidad, el depuesto presidente Mohamed Mursi, que fue también dirigente de los Hermanos Musulmanes, no lucía esta marca en la frente, al contrario que muchos de sus correligionarios islamistas.

En el acervo popular, su origen se vincula con una aleya de la azora coránica de "La victoria", en la que se asegura que a los creyentes musulmanes "se les ve inclinados o postrados, buscando el favor de Dios y satisfacerle. Se les nota en el rostro que se prosternan".

Este versículo se interpreta popularmente como que al buen musulmán se le debe conocer por el rostro, y la marca de la "izbiba" se convierte, en este caso, en una señal inconfundible.

Sin embargo, desde la institución de Al Azhar, uno de los centros religiosos más prestigiosos del mundo musulmán suní, no comparten esta creencia.

Según un antiguo responsable de la comisión de Al Azhar encargada de emitir "fetuas" (edictos religiosos), dicha aleya coránica no establece que el creyente o el buen creyente deba tener una marca física que lo distinga.

Consultado por Efe, dicho religioso, que pidió el anonimato, señaló que lo que quiere decir el versículo del Corán es que a quien reza mucho se le conoce por su rostro iluminado y relajado.