Estambul, 21 jul (EFE).- Una emotiva ceremonia celebrada en la ciudad suroriental de Gaziantep ha dado hoy el primer adiós a 23 de las 32 víctimas del atentado suicida perpetrado ayer en la ciudad fronteriza de Suruç, en el sureste de Turquía.

Una hilera de ataúdes fue colocada en una mezquita de Gaziantep, la mayor urbe de la región, donde se habían realizado las autopsias de los fallecidos, todos ellos jóvenes que se disponían a viajar como voluntarios a la ciudad kurda de Kobani, en Siria.

Tras la ceremonia, en la que se vivieron momentos dramáticos protagonizados por los familiares, los ataúdes fueron enviados a los respectivos lugares de origen de las víctimas para ser enterrados mañana.

Cinco féretros ya se trasladaron temprano esta mañana, al concluir la autopsia ayer, y otros cuatro cuerpos aún no se han podido entregar, según la cadena CNNTürk.

De estos cuatro cadáveres, dos se han identificado ya, pero otros dos están aún bajo análisis y se da por hecho que uno de ellos pertenece al autor o la autora del atentado.

La carga de la bomba fue tan fuerte que destrozó literalmente a varias personas, además de incluir numerosas bolas de acero para causar el mayor daño posible.

El atentado ha exacerbado las tensiones entre el Gobierno y los movimientos de la izquierda turca y kurda, que acusan al Ejecutivo de ser benevolente ante las actividades de la organización yihadista Estado Islámico, probable responsable del ataque.

Hoy, la policía dispersó con cañones de agua a presión y gas lacrimógeno una protesta de varios cientos de personas en el barrio de Kadiköy en Estambul, al igual que ocurrió ayer al concluir una gran manifestación en la calle Istiklal.