Londres, 21 ene (EFE).- El primer ministro británico, David Cameron, afirmó hoy que el Reino Unido no quiere ser un "obstáculo" para que la eurozona tenga éxito, a pesar de que cree que la Unión Europea (UE) debe asegurar que no se "discrimina" a los países externos a la moneda común.

"Quiero que la eurozona sea próspera. Es nuestro mayor socio comercial y no quiero ser un obstáculo para aquellas medidas que se deben tomar para que la eurozona avance", dijo el jefe del Gobierno británico en el Foro Económico Mundial de Davos.

El primer ministro sostuvo que la UE debe ser una organización "flexible" para garantizar el progreso económico de los países que no utilizan el euro, al tiempo que señaló que rechazará cualquier propuesta encaminada a ceder mayor soberanía a la Unión.

"Queremos lo mejor de los dos mundos. Para nosotros, la Unión Europea es una organización de Estados independientes cooperando para su mutuo beneficio, pero no es en absoluto una unión política cada vez más estrecha. Eso no es lo que quieren los británicos", afirmó.

Después de que hoy el presidente de Francia, François Holland, dijera que estará "particularmente vigilante" para que las demandas del Reino Unido no impidan una mayor integración de los países del euro, Cameron se mostró convencido de que "se puede lograr un acuerdo que sea bueno para todos".

El "premier" británico, que se ha comprometido a convocar un referéndum antes del fin de 2017 sobre la pertenencia a la UE tras negociar un nuevo encaje del Reino Unido en la Unión, adelantó que con la "buena voluntad" de los países miembros puede cerrarse un acuerdo en el Consejo Europeo de febrero.

"Quiero lograr ese acuerdo y presentarlo ante los británicos. Quiero salir ahí y hacer campaña para que el Reino Unido esté en la Unión Europea. Si llegamos a un buen pacto, eso es lo que haremos. Pero quiero también dejar claro que no tenemos prisa. Si no hay un acuerdo puedo poner en suspenso el referéndum hasta finales de 2017", advirtió.

Las exigencias del Reino Unido de cara a esa negociación se centran en la mejora de la competitividad del mercado común, cambios en las normas que regulan el papel de los países externos al euro y el visto bueno de la Unión para limitar el acceso a las ayudas públicas de los ciudadanos comunitarios en las islas británicas.

Ese último punto es "quizás el más difícil de todos", admitió Cameron, que subrayó que "la enorme presión migratoria que ha sufrido el Reino Unido" en los últimos años requiere tomar medidas.

"Hay personas que pueden formarse como enfermeros en Bulgaria y venir a trabajar al Renio Unido a una labor manual atraídos por el sistema de ayudas públicas. Eso no es justo para Bulgaria ni para nosotros", dijo el primer ministro.

Indicó asimismo que la eurozona debe solucionar sus problemas financieros sin utilizar recursos de los países externos a la moneda común.

"El pasado verano, cuando había que ayudar a Grecia, los países de la eurozona querían utilizar un fondo en el que contribuye el Reino Unido. Es inaceptable utilizar el dinero de alguien externo a la eurozona para solventar los problemas internos", aseveró Cameron.