Bangui, 24 oct (EFE).- Al menos 8 personas murieron y una docena resultaron heridas durante los choques violentos vividos hoy en la capital de la República Centroafricana durante una protesta para exigir la retirada de los cascos azules de la misión de la ONU en el país (MINUSCA), informaron fuentes hospitalarias.

Durante la jornada se registraron enfrentamientos entre grupos armados y soldados de la misión de Naciones Unidas y se produjeron escenas de caos en Bangui.

Uno de los organizadores de la manifestación y miembro de la sociedad civil, Gervais Lakosso, aseguró a Efe que los soldados dispararon para que se retiraran las barricadas que los manifestantes habían levantado en las calles de la capital.

Sin embargo, el portavoz de la MINUSCA, Vladimir Monteiro, negó estas acusaciones y aseguró que los soldados solamente utilizaron gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes armados.

"No hemos disparado contra civiles, hemos intervenido para retirar las barricadas levantadas por algunos manifestantes que iban armados", afirmó Monteiro.

Fuentes hospitalarias aseguraron que al menos ocho personas murieron durante estos enfrentamientos, mientras que una docena de personas sufrieron heridas y están siendo atendidas por el personal médico.

La manifestación fue convocada por varias organizaciones de la sociedad civil, que reclamaron la retirada de las fuerzas de paz de la ONU porque "suponen un peligro debido a su ineficacia y a la complicidad con los grupos armados", según un comunicado difundido en los medios locales.

El portavoz del Gobierno, Théodore Jousso, aseguró que ya han abierto una investigación para esclarecer lo sucedido, aunque sugirió que la única intención de los manifestantes es desestabilizar el país.

Naciones Unidas tiene desplegados en la República Centroafricana cerca de 13.000 agentes, incluidos más de 10.000 militares y más de 2.000 policías, con el fin de ayudar a estabilizar la situación tras años de conflicto armado, y recientemente aprobó prolongar la misión hasta noviembre de 2017.

La misión de la ONU ha sido criticada duramente en los últimos meses por los repetidos abusos sexuales, en muchos casos a menores, supuestamente cometidos por sus cascos azules desplegados en el país.

Ante estos crímenes, las Naciones Unidas decidió repatriar a centenares de soldados de unidades relacionadas con los abusos y puso en marcha investigaciones y programas para asistir a las víctimas.

En los últimos meses, la situación de seguridad ha empeorado en la República Centroafricana con un repunte de los incidentes violentos tanto en la capital como en el resto del país, y especialmente en el norte, donde hay grandes zonas controladas por milicias.

El país vive un complicado proceso de transición desde que en 2013 los exrebeldes Séléka derrocaran al presidente François Bozizé, desatando una ola de violencia sectaria entre musulmanes y cristianos que ha causado miles de muertos y ha obligado a cerca de un millón de personas a abandonar sus hogares.

La elección de Faustin Archange Touadéra como nuevo presidente en febrero de este año debía abrir una nueva etapa para República Centroafricana que, sin embargo, todavía tiene muchos problemas para controlar a los grupos rebeldes en zonas alejadas de la capital.