Lexington.- En el transcurso de una semana, los dos grandes problemas que perseguían a Flavio Ramos Cruz parecen haberse convertido en cosa del pasado.

El mexicano no tendrá que preocuparse más por la orden de deportación voluntaria que firmó en octubre y que debía cumplir para el martes, 26 de febrero pasado, aunque calificaba para permanecer en el país con un permiso de trabajo por la Acción Diferida.

Pero más importante aún, Flavio se recupera de la cirugía reconstructiva que tuvo la semana pasada por una colostomía que le hicieron  en agosto, tras un accidente automovilístico, que sobrevivió, aunque con un intestino perforado.

Después de seis meses de auténtica tortura, una vez que salga del hospital, el hombre de 28 años estará liberado de tener que lidiar con la bolsa de plástico que tenía pegada a su estómago y que le hacía la vida imposible, así comotodas las incomodidades médicas y sanitarias que lo acompañaban en todo momento.

“Le doy gracias a Dios por estos dos sucesos que se han resuelto casi al mismo tiempo”, dijo Flavio a Qué Pasa.

Una detención indebida

Como reportó este semanario en diciembre, una mañana de enero del 2012  agentes de ICE llegaron a casa de Ramos mientras se alistaba para ir a trabajar. Tocaron a su puerta, supuestamente buscando a alguien más y lo detuvieron después de cuestionarle su estatus migratorio, enviándolo al Stewart Detention Center, en George.

Desde entonces, Ramos inició una infernal travesía difícil de resolver. El primer abogado que contrató no solamente lo malinformó sobre sus derechos, sino que a punto de comenzar su última audencia en la corte de inmigración en octubre pasado, le aconsejó que firmara la salida voluntaria como la solución más sencilla, casi sellando su destino de tener que volver a México.

El accidente que cambió todo

Durante el verano, mientras Flavio esperaba que su situación migratoria se aclarara en las cortes, salió con amigos a celebrar la medalla de oro que la selección mexicana de futbol obtuvo en los Juegos Olímpicos.

El festejo se convirtió en tragedia aquella tarde lluviosa. El conductor del vehículo en el que Ramos se transportaba de regreso a su casa tomó mal una curva y chocó aparatosamente, con un fierro clavado en el intestino de Flavio como consecuencia.

Una cirugía de emergencia logró salvarle la vida, aunque le dejó una gran cuenta médica que cubrir y una nueva vida, debido a que a partir de entonces tuvo una bolsa de plástico pegada a su vientre que funcionaba para desechar todos sus excrementos.

Además, debido a la tensión, su pareja de aquel entonces dio a luz prematuramente, perdiendo a las dos niñas que esperaban.

Una nueva oportunidad

La pesadilla de Flavio no pasó desapercibida. Cuando Qué Pasa lo entrevistó por primera vez en diciembre, se descubrió que calificaba plenamente para la Acción Diferida que el presidente Barack Obama ofreció para millones de jóvenes indocumentados.

Así, rápidamente se inició el proceso para solicitar los documentos que le permitirían quedarse, acompañado de una agresiva campaña de presión del NC DREAM Team.

“Cuando los doctores vieron el artículo en el periódico, decidieron adelantar la operación para antes de la fecha de deportación”, comentó Ramos, feliz porque aunque estuviera obligado a salir del país, no tendría que irse a México en semejante condición médica.

Luego, a cinco días de su fecha límite para abandonar el país y mientras se recuperaba en el hospital de la operación, oficiales del Departamento de Seguridad Interior (DHS) apoyaron la moción en la corte para cerrar el caso de Flavio.

Según la abogada Helen Parsonage, quien tomó el caso, la decisión de apoyo de las autoridades migratorias se basó en que su cliente es elegible para Acción Diferida y su proceso ya está en marcha, además de hacerles llegar la documentación de la situación médica de Ramos que ellos ignoraban y la presión de activistas.

“Repeler una partida voluntaria puede ser muy difícil”, comentó Parsonage. “Me parece que la situación médica jugó un papel muy importante en la decisión de DHS... La Acción Diferida es la cereza en el pastel”.

Así, Flavio se recupera de su cirugía, para después de seis meses poder comer y vivir con normalidad, mientras continúa el proceso que garantizará su estancia legal en el país por un mínimo de dos años.