Greensboro.- Desde Greensboro en presentaciones locales, hasta Atlanta en el espectáculo de los Tigres del Norte, el Ballet Folklórico Corazón de México baila al son que le toquen.
Lo mismo zapatea Jalisco, Guerrero, Veracruz o Tamaulipas, que Calabaceado o personificando a Miguel y su abuelo Héctor de la famosa película Coco.
Gritos, bullas y sonrisas caracterizan a los integrantes del ballet, desde la más pequeña de 9 años hasta el mayor de 38.
Ballet
La agrupación se formó en el 2018, pero la mayoría de los bailarines surgieron en septiembre pasado.
"Es un grupo básicamente nuevo, se formó en 2018 con cinco personas y hoy cuenta con 21 integrantes", dice José Méndez, fundador y director artístico.
Originario de la Ciudad de México, precisa que todos han aprendido muchísimo.
"He tomado cursos, buscado información e invitado a maestros de buen renombre de México".
Explica que al principio no tenían una base, pero durante la pandemia no se cansó de tomar cursos de Jalisco, Guerrero, Tamaulipas, Veracruz y Calabaceado (Baja California).
Cuenta que aprovechó esa situación para fortalecer al grupo, pero también aprendieron del director artístico del Ballet Folklórico Fuego Nuevo de Jalisco y de la maestra Hilda Hernández.
Referente cultural
Los 21 integrantes del ballet son un referente de la cultura mexicana en Carolina del Norte. Se presentan en actividades sin fines de lucro, como en eventos privados, destacando la cultura mexicana en Estados Unidos.
"Con nuestro baile mostramos que México no es narco, ni delincuencia", dice el danzante.
Recientemente se presentaron en Virginia.
Historia
En el 2018 José estaba poniendo una coreografía para una quinceañera y preguntó a 20 niños que se encontraban en el lugar si querían formar un grupo de folclore.
"Solo se metieron cuatro", precisa el coreógrafo, quien dice que en el 2019 casi se desintegra ese grupo porque no tenía auge ni publicidad.
Recuerda que hizo una publicación en Facebook, "que no lo sabía manejar, y allí entraron seis niñas y tres niños de un solo golpe; así nació Corazón de México".
Méndez formó el grupo pero en cinco años ha enseñado a un joven y una jovencita que hoy son maestros; se dedican a enseñar a la gente nueva, para dedicarse a la dirección artística.

Niño bailador
Desde pequeño José fue bailador, "un fanático de todo tipo de música". Le gusta la guaracha, cumbia, salsa, bachata; se considera un rumbero.
Tiene 22 años de vivir en Estados Unidos y en su natal México jugaba a bailar a sus 6 años de edad. Dice que escondido veía bailar a su hermana solita en la sala de la casa; de ella aprendió a bailar salsa y cumbia.
Arduo trabajo
Los integrantes del ballet ensayan once horas a la semana en Greensboro; "es un trabajo arduo para tener éxito".
La mayoría son de Greensboro y una niña llega de Roxboro.

Cambios positivos
Algunas niñas que llegaron tímidas, calladas e introvertidas han cambiado, se han abierto más y tienen más seguridad en el escenario.
Esto pasó con Arleth, una de las más pequeñas del ballet, quien gracias al baile empezó a tener más amistades. Pues como muchos, la niña se aisló en la pandemia por no asistir a clases.
"Sus compañeras la ayudaron a sentirse a gusto", cuenta su mamá Magali Santos, quien dice sentirse orgullosa de sus raíces al ver a su hija representar México con los bailes.
Considera magnífico el grupo, y dice que manejar dos horas de ida y vuelta, y esperar a su hija otras 2 vale la pena por verla feliz y hacer lo que le gusta.