Cada vez más personas son parte del fenómeno de Netflix llamado “13 Reasons Why”. La serie cuenta la historia de Hannah Baker una adolescente de 17 años que se suicida dejando grabaciones donde explica las 13 razones por las cuales tomó esa decisión.
El tema es duro y ha generado mucha controversia tanto en los especialistas como en los espectadores que se sumergen en el mundo adolescente.
La serie recibió muchas críticas, algunas positivas otras negativas y es tema de debate en muchos ámbitos. La psicología tiene opiniones divididas sobre el abordaje que hace la serie respecto a temas tan agudos y preocupantes como el suicidio adolescente, el acoso escolar y el abuso sexual, entre otros.
La psicóloga australiana, Jaelea Skehan, opina que la escena del suicidio es muy gráfica y no cumple con las recomendaciones internacionales sobre como hablar o ilustrar el suicidio. La razón de dichas recomendaciones es que, según las investigaciones puede llevar a personas vulnerables a quitarse la vida.
Otra de sus críticas es que la serie no anima a las víctimas a buscar ayuda. Los papás son retratados como muy ocupados, sobre-involucrados, ausentes, desinteresados o sin poder ayudar. La única vez que Hannah busca ayuda, el manejo del caso por parte del counselor deja mucho que desear.
Otros especialistas, por el contrario, opinan que poner la lupa y mostrar los temas que afectan y ponen en riesgo a los adolescentes permite hablar de los mismos. La serie hace que los padres y adultos estén más atentos a los signos preocupantes y puede generar una mayor prevención.
El suicidio adolescente no es algo que deba ser silenciado
Según datos de la OMS el suicidio es una de las tres primeras causas de muerte entre las personas de 15 a 44 años en algunos países, y la segunda causa en el grupo de 10 a 24 años. Estas cifras no incluyen los tentativas de suicidio, que son hasta 20 veces más frecuentes que los casos de suicidio consumado.
La serie despertó una temática que hace mucho tiempo estaba suprimida e ignorada y que debería ser representada y transmitida en los medios con más frecuencia. De todas maneras no hay que olvidar que se trata de una ficción y que su objetivo es entretener y capturar al espectador.
Los psicólogos opinan que las problemáticas adolescentes que trata la serie están simplificadas y que no se abordan con la complejidad y profundidad que merecen. Sin embargo, “13 Reasons Why” ha causado un revuelo que puede ser usado a favor propiciando el diálogo y la búsqueda de información responsable sobre el suicidio adolescente y los demás temas que pueden alterar y arruinar la vida de los adolescentes.
La serie pone el acento sobre muchos de los conflictos y desafíos que transitan los adolescentes poniendo una luz sobre cuestiones que los adultos prefieren ignorar como el bullying, el abuso sexual, la violación y diferentes problemas como estilos parentales, problemas familiares, problemas escolares, la homosexualidad, las redes sociales, drogas, el abuso de alcohol, la incomunicación, las dificultades en relaciones interpersonales, etc.
Quizás uno de los temas que deja entrever la serie es la soledad en la que se encuentran los adolescentes frente a todos estos riesgos propios de la etapa que atraviesan. La falta de acompañamiento familiar o de adultos que puedan asistirlos y orientarlos respecto a los temas que los agobian es alarmante.
Las 13 razones que llevan a la joven de 17 años al suicidio son las causas visibles, las argumentales, las que hacen a su historia y a su experiencia singular. Por detrás podemos percibir la indiferencia de una sociedad que deja a sus adolescentes sin la contención y el amparo necesario para transitar esta etapa. Y es ese el punto que debería llamar la atención de los adultos.
¿Por qué dejamos solos a los adolescentes enfrentando temas que los superan? Drogas, sexualidad, acoso escolar, abuso sexual, abuso de consumo de alcohol, nadie debería sentirse solo frente a estas problemáticas.
13 Reasons Why está sensibilizando a las personas frente a una realidad que muchos adolescente sufren a diario. Podemos cuestionar el modo y acaso la profundidad con la que se encaran los temas. Pero no hay dudas de que por algo ha despertado semejante interés y debate entre el público y entre los profesionales.
El suicidio es el peor de los finales posibles para alguien que recién empieza a vivir. Pero hay que entender que hasta el acto concreto del suicidio hay un trayecto, un largo recorrido de sufrimiento que muchos adolescentes transitan en la mas completa soledad e incomunicación. Es obligación y tarea de los adultos romper el cerco del silencio y buscar maneras de abrir la comunicación y el diálogo con los adolescentes.
Algo falla en una sociedad que deja a sus miembros más vulnerables en la más completa soledad.
La serie permite abrir conversaciones. Tanto adultos como adolescentes están comenzando a hablar. Y es quizás esto lo mejor que nos ofrece la serie. La oportunidad de romper el silencio y hacer de estos temas motivo de conversación en cada casa.