Si se lo usa con cuidado, el crédito puede ser una herramienta financiera útil. Por ejemplo, utilizar un crédito para comprar una casa ahora mismo en lugar de tratar de ahorrar el monto total de la compra es conveniente desde el punto de vista financiero.
El crédito también puede facilitarle a usted lidiar con emergencias costosas con rapidez. Muchos consumidores acuden al crédito al enfrentarse con reparaciones en el hogar o el automóvil, como también con emergencias médicas.
El crédito ofrece además comodidad, posibilitándole pagar el alquiler de un auto o habitación de hotel o comprar pasajes de avión telefónicamente. En muchas situaciones, el crédito le da tranquilidad; no es necesario llevar altas sumas de efectivo cuando viaja o va de compras.
A pesar de todas las ventajas y comodidades que pueda suministrar el crédito, existen algunas dificultades vinculadas con el uso del mismo. El crédito puede ser costoso. Las tasas de interés, las cargas financieras, comisiones anuales y recargos pueden aumentar en forma dramática el costo de cualquier compra hecha con crédito.
Cuando compre con tarjeta de crédito, debería decidir primero de qué manera tiene pensado usarla para así comparar ventajas. Si cancela el saldo de su tarjeta de crédito cada mes, los gastos anuales serán bajos.
Algunos bancos y compañías financieras le dan hasta 30 días “libres” mientras que otras instituciones financieras emisoras de tarjetas comienzan a calcular los costos financieros inmediatamente después de la compra. De hecho, los intereses comienzan a acumularse en forma inmediata sobre los anticipos en efectivo – no existe el período de gracia y la tasa de interés es más alta que la aplicada a compras normales.
En función de sus modalidades de pago y utilización del crédito, usted también puede verse afectado por cargos que se aplican por exceso de límite o pago fuera de término.
Si usted tiene antecedentes crediticios negativos o no tiene antecedente crediticio alguno, puede obtener una tarjeta de crédito con garantía. Una tarjeta de crédito con garantía funciona en forma similar a una tarjeta común VISA o Mastercard excepto que usted deja un depósito, generalmente entre $250 y $500 en el banco emisor como garantía. Si usted no realiza los pagos, el banco toma el dinero que debe de su depósito.
Este artículo contiene información proporcionada por Balance, el servicio gratuito de consejería financiera que ofrece la Cooperativa Latina de Crédito.