Cuando una familia consigue el sueño universal de comprar una casa, puede encontrarse en la situación de tener que hacer reparaciones o renovaciones a la vivienda. El primer paso es averiguar si uno necesita un permiso de construcción (building permit, en inglés) de la ciudad o condado. Normalmente, obras importantes como añadir habitaciones, demoliciones, construcción de cuartos de baño, etc., requieren licencias. Las obras con licencia tienen que llevarlas a cabo contratistas con licencia (licensed contractors, en inglés).
Las obras de construcción son caras y por ello es importante prepararse bien. Si tiene que contratar a un contratista, asegúrese que es confiable y competente. Muchos contratistas que hacen trabajos de mejoras, remodelación, reparación y mantenimiento de casas se anuncian en las páginas amarillas de las guías telefónicas y en la radio y televisión. Pero sea precavido, un anuncio no significa calidad. Lo mejor es preguntar a conocidos, amigos o vecinos sobre sus experiencias con los diferentes contratistas para ver si tienen buena reputación.
Cuando trate con contratistas, es importante pedir presupuestos por escrito y nunca pagar todo por adelantando. Hay que pedir explicaciones a los contratistas sobre las variaciones de los precios que ofrecen. No elija la oferta más barata.
Antes de firmar un acuerdo con un contratista, hágale preguntas sobre su experiencia y competencia y asegúrese que tiene licencias en vigor. Pídale una lista de referencias y hable directamente con otros clientes que han utilizado el contratista. Mejor aún es visitar las casas en las que el contratista ha hecho reparaciones o renovaciones.
La mejor estrategia para pagar al contratista es dar una pequeña entrada o depósito e ir pagando según las fases de construcción. Por ejemplo, pagar un tercio al principio, otro tercio cuando el proyecto esté medio acabado y el último tercio cuando haya acabado el proyecto completamente.