Este artículo forma parte de una serie de notas que conforman el Suplemento de COVID-19 desarrollado por Qué Pasa.

 

Durante este año todos nuestros hábitos, nuestros modos de relacionarnos y nuestras costumbres se vieron afectados por la pandemia. Y, claro está, la Navidad no podía ser menos. También los festejos navideños van a estar impregnados por las limitaciones, los conflictos y las incertidumbres que el COVID-19 trajo a nuestras vidas.

A causa de la crisis económica se desmoronaron los ingresos en muchos hogares. Gran parte de las familias hispanas tuvieron que hacer malabares para enfrentar las fuertes dificultades monetarias y laborales que la pandemia desencadenó.

Para las niñas y niños, uno de los atractivos de la Navidad es el armado del arbolito navideño y, por supuesto, los regalos. Los papás y las mamás saben que este año por la tremenda crisis económica será muy difícil cumplir con las expectativas de sus hijas e hijos. Sin embargo, sería deseable, que esta triste realidad no empañe el brillo de las fiestas.

La Navidad es mucho más que los regalos de Santa. Es una oportunidad de disfrutar y de compartir un momento único con la familia. La magia de la Navidad no está relacionada con la cantidad de dinero que podamos gastar sino con la actitud, el amor y la dedicación con que preparemos el festejo.

Las niñas y niños son los privilegiados de estas fiestas, y muchas de las cosas que organizamos están destinadas a causarles alegría, sorpresa y recuerdos que los acompañarán el resto de su vida. Y si bien, quizás esta vez no es posible comprarles el regalo que quieren, sin duda es posible sorprenderlos de otras maneras.

Por un lado, y, según la edad de los niños, es conveniente explicarles que este año van a vivir una Navidad especial. Explicarles que por causa del COVID-19 hasta Santa tuvo que cambiar sus hábitos, y qué quizás no podrá traer los regalos como en los otros años.

Por otro, para hacer de estas navidades un momento divertido, hay que recurrir a la creatividad. Una buena idea es proponerles a los niños que para esa noche armen un cuento, un video, una canción, un baile o lo que sea con motivos navideños para que lo disfrute toda la familia. Esto puede incluir disfraces caseros y decoraciones hechas por ellos. También los adultos pueden participar de alguna representación navideña que entretenga a los pequeños.

Otra propuesta, de la que pueden participar todos, es crear regalos a partir de cosas en desuso. Por ejemplo una caja puede transformarse en una casita, o en un auto, o en lo que su imaginación y su habilidad le permitan.

Los niños y las niñas han tenido un año difícil y merecen tener una Navidad feliz y divertida. Tenga presente que la felicidad y la alegría no se consiguen con dinero. Lo que hace felices a los niños es saberse queridos, cuidados y respetados. Es que sus papás les dediquen tiempo y atención. Es que jueguen con ellos y les tengan paciencia.

Esta Navidad puede ser el momento perfecto para darles amor, tiempo, alegría de jugar y crear juntos. Puede ser el momento perfecto para inventar una Navidad única, especial, que ayude a superar los difíciles momentos vividos y que encienda otra vez la felicidad de estar juntos.

 

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