Durham.- La angustia de la salvadoreña Ana Pérez terminó. Dieciséis años después de que ella emigrara de El Salvador a Carolina del Norte y tras un año de trámites y entrevistas, logró reunirse con su hijo Melvin Manolo, de 17 años, gracias al Programa de Refugiados para Menores Centroamericanos (CAM).

“Me siento muy feliz. Para mí es una gran bendición tener a mi hijo conmigo. Esperé 16 años para tenerlo otra vez. Qué más puedo pedir”, dijo Pérez luego de abrazar a su hijo en el aeropuerto RDU el martes 8 de marzo.

Pérez dijo estar aliviada porque siente que por fin su hijo se encuentra a salvo, lejos de las pandillas que amenazan a los jóvenes en El Salvador.

“Vivía todos los días con ese temor que en cualquier rato me llamaran diciendo que algo malo le podía pasar a él en mi país, pero gracias a Dios todo salió bien y ya está aquí conmigo”, dijo Pérez.

Melvin, que era el único miembro de la familia que aún permanecía en El Salvador, también se mostró muy emocionado por poder reunirse con su madre y hermana.

“Gracias a Dios ya estamos juntos, ya teníamos  bastante tiempo de no vernos”, dijo Melvin quien tuvo que crecer solo en Chalchuapa, departamento de Santa Ana, acechado por la violencia y las pandillas.

“Allá está difícil, uno sale pero no sabe si va a poder regresar, está muy peligroso en El Salvador”, dijo el adolescente.

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El programa admitió a 135 jóvenes hasta ahora

El reencuentro de Pérez con su hijo fue posible mediante el programa CAM que puso en marcha el gobierno federal en diciembre de 2014, para dar una vía segura de llegada al país a jóvenes de El Salvador, Honduras y Guatemala que tienen padres o tutores legales en Estados Unidos.

Hasta el 14 de marzo, 135 menores han llegado al país mediante CAM, según informó a Qué Pasa una vocera del Departamento de Estado (DOS), bajo cuya jurisdicción está el programa.

En el año fiscal 2015, de octubre de 2014 a septiembre de 2015, el DOS recibió 4,539 aplicaciones, 557 de las cuales fueron de Honduras, 86 de Guatemala y 3,896 de El Salvador, informó el DOS.

En lo que va del año fiscal 2016, de octubre de 2015 a la fecha, el DOS ha recibido 2,806 peticiones, 2,443 de El Salvador, 68 de Guatemala y 295 de Honduras, precisó la vocera de la agencia federal.

¿Quiénes califican?

Para calificar, los menores tienen que ser ciudadanos de alguno de esos tres países, tener menos de 21 años y estar solteros.

Además, los padres, deben tener presencia legal en el país, es decir ser residentes permanentes, tener el Estatus de Protección Temporal (TPS), la Acción Diferida (incluída DACA), libertad condicional (parole), Salida Obligatoria Diferida (Deferred Enforced Deaperture) o Suspensión de Remoción.

Los menores que logran completar el proceso, el cual es gratuito, pueden ser admitidos como refugiados, lo cual les permite  hacerse residentes después de un año y ciudadanos luego de cinco años.

Los que no logran calificar como refugiados aún pueden ser admitidos en Estados Unidos bajo un permiso condicional o “parole” que es renovable cada dos años.

En el caso de Melvin, él pudo entrar al país con el permiso condicional o parole, tras un año de trámites que incluyó un examen de ADN, entrevistas y la presentación de diversos documentos y pruebas.

“Estamos muy felices por que este programa esté funcionando”, dijo Kelly Chauvin, consejera de inmigración de  Church World Service (WCS) en Durham, la agencia de reasentamiento de refugiados que estuvo a cargo de la solicitud de Pérez.

“Al principio había muchas dudas sobre este programa, no se sabía si era viable porque no había fondos ni mucha información”, añadió Chauvin cuya agencia actualmente está manejando 100 peticiones bajo el programa CAM, siendo la de Melvin la primera en la que se ha logrado concretar el reencuentro familiar.

“Estoy muy emocionada porque este es nuestro primer joven que llega con el programa”, dijo Chauvin.

Para poder aplicar para el programa CAM las familias sólo pueden hacer mediante alguna de las agencias de reasentamiento de refugiados autorizadas por el gobierno federal.

Chauvin recomendó a padres que cuentan con estatus legal a en Estados Unidos que aprovechen el programa y contacten a la agencia de reasentamiento de refugiados más cercana para seguir el proceso.

“Este es un programa increíble, es prácticamente gratis, especialmente si ellos vienen como refugiados no hay ningun costo para la familia, y da un camino seguro para que los jóvenes lleguen a Estados Unidos sin tener que arriesgarse por el desierto”, dijo.

En tanto, Melvin está comenzando su nueva vida en Durham junto a su familia, en una casa que su madre adquirió el año pasado especialmente para recibirlo.

“Se siente uno más seguro aquí. Ahora sólo quiero superarme cada día más, estudiar y trabajar para ser alguien en el futuro”, dijo Melvin.

Para saber más sobre el programa CAM, visite la página web www.uscis.gov/CAM o contacte con WCS en Durham al teléfono (919) 641-0377.

También puede encontrar una lista de organizaciones de reasentamiento de refugiados en Carolina del Norte en www.wrapsnet.org

Melvin con su madre y hermana junto a familiares y Kelly Chauvin de WCS.