Durham.- Yona, el oso que llegó en el 2010 al Museo de la Vida y Ciencia de Carolina del Norte, tuvo que ser “dormido” debido a una grave enfermedad.
Su inesperada partida ha dejado corazones rotos en las personas que por más de una década se dedicaron a cuidar a este bello ejemplar.
“Tenemos el corazón roto por anunciar la muerte de nuestro querido oso negro, Yona”, dijo el Museo.
La muerte de Yona fue por medio de la eutanasia. Una difícil decisión que tomaron los médicos ante los irreversibles problemas que se hallaron durante la cirugía que se le realizó.
“Yona tenía problemas para orinar”, dijeron.

Pero el problema era aún más grave.
El oso fue llevada a la facultad de veterinaria en la universidad NC State para practicarle cirugía, durante la cual los médicos se encontraron con varias complicaciones.
Un equipo de más de 50 veterinarios, técnicos y estudiantes trabajaron para tratar de salvarle la vida. Se dijo reveló que tenía problemas con sus vías urinarias y reproductivas que requerían cirugía.

“Se dejó en claro que no había manera de ayudarla”, informaron.
No podía estar libre
Yona llegó al museo en 2010 después de que los Apalaches Bear Rescue la consideraran inadecuado para su liberación.
El oso podía ser vista la mayoría de los días descansando en el sol, a menudo con sus cuatro patas en el aire.

“Yona era una parte importante de nuestra familia del museo. Ella encantó a los invitados con sus payasadas y fue embajadora de su especie. La echaremos mucho de menos”, dijeron los del Museo.