Raleigh.- Desde el despacho Oval de la Casa Blanca, Joe Biden comenzará una nueva era y tendrá la tarea de remediar aquellas malas políticas de su antecesor Donald Trump. Sus asesores han revelado que planea dar una docena de medidas relacionadas con la vivienda, el cambio climático, los préstamos estudiantiles y sobre la “tolerancia cero” en la inmigración.

Lo prometió en su campaña y lo reiteró luego de ganar las elecciones: en sus primeros 100 días de gobierno planteará una solución migratoria que sacará de las sombras a 11 millones de indocumentados.

Un informe elaborado por el Center for American Progress (CAP)  plantea que para hacerlo deberá primero es decretar una “moratoria de deportaciones de 100 días”.

Pero el trabajo tiene más aristas. Biden también tendrá la misión de restablecer los derechos suprimidos por la administración anterior sin incentivar la inmigración irregular.

Los cambios en la política de migración “se produjeron a un ritmo sin precedentes, incluso frenético, durante la Administración de Trump”, señaló en un documento el Migration Policy Institute (MIP).

Ese centro de estudios, con sede en Washington, apuntó que con 400 acciones ejecutivas la saliente Administración “desmanteló y reconstruyó metódicamente” un sistema basado en una cosmovisión de la inmigración como una “amenaza a la seguridad y la economía” estadounidense.

 

Sin muro pero con políticas drásticas

En los cuatro años en el poder, Trump no pudo construir el muro en la frontera con México pero sí, mediante órdenes ejecutivas y memorandos desarmó el sistema de inmigración aprobado por el Congreso que permitieron lograr su cometido de reducir la llegada de indocumentados, arrasando de paso con la tradición del país de proveer asilo y refugio. Quitó la posibilidad de que indocumentados sin antecedentes criminales y con familias establecidas reciban la cancelación administrativa de sus casos de deportación y permanezcan legalmente en Estados Unidos y  eliminó DACA y el TPS, llevando a ambos programas a una lucha judicial que también heredará el gobierno de Biden.

Otro compromiso será reunificar a los casi 600 niños que fueron separados de sus padres en la frontera, una política de la cual tuvo que retractarse Trump en 2018 pero que dejó a menores sin protección de sus familias.

Abogados que llevaron los casos admitieron en octubre pasado que no han podido localizar a los parientes de 545 niños. Un comité del Congreso fue más allá y ha advertido que quizás estos pequeños “nunca podrán ser reunidos con sus padres”.

 

Quedarse en México

Otro legado de Trump fue la implementación del programa “Permanezcan en México”, debido al repunte de las detenciones en la frontera que en mayo de 2019 alcanzó los más de 132 mil casos.

Esta política ha permitido enviar a más de 60.000 indocumentados que cruzaron la frontera a esperar en México sus citas ante jueces migratorios, lo que puede tomar meses.

“Ahora en la campaña del presidente Biden él ofreció llevar a cabo una reforma migratoria y yo espero que se cumpla con ese ofrecimiento, con ese compromiso. Eso lo espero y lo voy a reconocer y celebrar”, dijo el presidente Manuel López Obrador, a pocas horas del cambio de gobierno estadounidense.

Por otra parte, Washington avisó de que en 2021 sólo podrá acoger 15.000 refugiados, la cifra más baja en la historia del país.

La pandemia también ha servido igualmente de paraguas para el cierre de las fronteras terrestres y para que la Administración de Trump devolviera de forma expedita a México a más del 90 % de las personas que cruzan de forma irregular.

 

Docena de medidas

Las acciones que se tomarán Biden incluyen volver a unirse a los acuerdos climáticos de París, revertir una prohibición de viajar para varios países de mayoría musulmana, extender una pausa en los pagos de préstamos estudiantiles federales, detener los desalojos y ejecuciones hipotecarias, así como exigir máscaras en viajes interestatales y en propiedad federal.

El nuevo presidente ordenaría una mayor producción de jeringas y otros suministros para acelerar la vacunación contra el COVID-19 y mejorar el programa de inmunización del gobierno de Trump, al que calificó como un “fracaso lamentable”.

Según el plan de Biden, los trabajadores federales de socorro en casos de desastre establecerán miles de centros de vacunación, donde médicos jubilados administrarían vacunas a maestros, trabajadores de tiendas de comestibles, personas mayores de 65 años y otros grupos que actualmente no califican.

Los estados que usen su Guardia Nacional en el proyecto recibirán un reembolso del gobierno federal.

Con las tasas de infección en aumento, Biden ha prometido hacerlo mejor que el presidente Donald Trump para frenar el virus, y conseguir que 100 millones de dosis estén en los brazos de los estadounidenses durante sus primeros 100 días en el cargo.

 

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