
El 24 de noviembre de 2008 fue una noche luctuosa para la comunidad hispana de Charlotte.
Incrédulos los latinos que nos congregamos en el Anfiteatro del Centro de Gobierno presenciamos cómo los concejales municipales aprobaron la petición 2008-079 de la Comisión de Planeación de Charlotte-Mecklenburg, que sentenció a muerte a las loncheras hispanas que operaban en la Ciudad Reina.
En ese tiempo, el número de loncheras latinas superaba los 50 negocios.
Pero las medidas de la ordenanza fueron restrictivas contra los camiones de comida en los horarios, en su operación cerca de zonas residenciales y de restaurantes. Y les dio una estocada con la difícil tramitología.

A las loncheras hispanas se les acusó en ese tiempo de ser focos de crimen y promover el desaseo.
No valió un video producido por el exconcejal y actual legislador estatal que mostró que los camiones de comida hispanos congregaban gente en un ambiente festivo, libre de problemas.
Tampoco hubo atención a un estudio que realizó el grupo de base Action NC, que fundamentó su argumentación en las estadísticas del crimen del Departamento de Policía de Charlotte-Mecklenburg (CMPD).
El informe demostraba que las incidencias de delitos en los lugares donde funcionaban las loncheras era menor que en otros puntos de la ciudad.
La campaña de Action NC, Carne Asada No es un Crimen, capto la atención nacional, pero no los corazones de los políticos locales.
Dos años después de las medidas del Concejo, el número de camiones de comida latinos se había reducido a dos.
El 20 de marzo de 2017, el Concejo Municipal de Charlotte aprobó por unanimidad una nueva ordenanza, que eliminó las restricciones de noviembre de 2008 y redujo el papeleo para los permisos.
Después de acabar con los camiones de comida latinos la popularidad de las loncheras fue tomando fuerza.
A las loncheras se les ve funcionando en algunos barrios, fuera de las oficinas y junto a la ola de nuevas cervecerías que han surgido en la ciudad.
El pasado 13 de agosto, de la Cámara Latinoamericana de Comercio de Charlotte efectuó su Primer Festival Sazón Anual, un evento que ofreció gastronomía de cinco países latinoamericanos con la presencia de loncheras, de propiedad de empresarios hispanos, en el Centro Quest de la Reserva Natural de Latta, en Huntersville.
Pero la demostración que Carne Asada ya No es un Crimen, fue el Taco Fest Carolinas, que congregó a centenares, o tal vez miles de personas, en las instalaciones de Goodwill en el oeste de Charlotte, el pasado sábado 22 de octubre.
El empresario Rubén Granados, respaldado por la organización Mira USA y el supermercado El Rey de South Boulevard, convocó a 10 loncheras, y decenas de negocios de comida, corporaciones, empresas locales, nuevos emprendimientos y organizaciones no lucrativas, a su Primer Festival del Taco.
Se realizó un concurso de degustación gastronómica al mejor taco, que ganó la lonchera Chilaka, de segunda quedó El Gordo y de tercera Los Volcanes.
En la tarima de los artistas se presentó un amplio elenco, que incluyó a María Elena Valdez, “La Reina del Mariachi” y al polifacético Eddy Kbrera.
Queda un mes para el fatídico 24 de noviembre, pero es evidente que los hispanos en últimas ganaron la partida.
Han logrado estar presentes en Charlotte con un abanico de sabores nacionales.