Caracas, 16 oct (EFE).- El dirigente opositor venezolano Manuel Rosales, detenido ayer al llegar a su país después de pasar seis años en el exilio, decidió volver a su patria para sumar fuerzas de cara a las elecciones parlamentarias, sin ínfulas de líder y negando que haya establecido pactos con el chavismo.

El partido fundado por Rosales, Un Nuevo Tiempo (UNT), aseguró hoy que el político solo quiere aportar a la batalla electoral y aunque aclaró que el dirigente no llega con aspiraciones de ocupar un puesto de liderazgo en la oposición, lo calificó de "terremoto político" en su natal estado Zulia, del que fue gobernador.

Rosales se encuentra detenido desde ayer en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), organismo que llevó a cabo su apresamiento este jueves cuando arribó a Venezuela proveniente de la isla de Aruba atendiendo una solicitud del Ministerio Público, que lo acusa de malversar fondos.

Según UNT, el político se encuentra en buen estado de salud y "se han respetado sus derechos", de acuerdo con lo que pudo constatar su esposa, Evelin Trejo, la madrugada de hoy cuando le permitieron visitarlo.

El excandidato presidencial, derrotado en las elecciones de 2006 por el fallecido gobernante Hugo Chávez (1999-2013), pisa tierra venezolana cuando faltan semanas para que celebren los comicios parlamentarios del 6 de diciembre, que la oposición espera ganar para promover, desde esa tribuna, un cambio de Gobierno.

"Debo decir que Manuel Rosales, después de casi siete años de exilio es el político zuliano con mayor reconocimiento en todo el estado", dijo hoy el presidente de UNT, Enrique Márquez, en rueda de prensa al destacar la gran manifestación de seguidores que se movilizó ayer para recibirlo en Maracaibo, capital del Zulia.

Márquez dijo que "decenas de miles de personas" motivadas "por el afecto y el amor" hacia Rosales fueron a recibirlo, pero aclaró que su partido prefiere hablar de esto con humildad para no crear "la falsa percepción" de que el político llega a ocupar una posición particular dentro de la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

"Rosales viene como uno más de nosotros, a trabajar por el cambio político. Ahora, está teniendo un impacto en el Zulia muy fuerte, yo lo catalogaría como un terremoto político en el Zulia", comentó el vocero de UNT.

También indicó que a medida que las dudas sobre las "intenciones de Rosales" sean aclaradas "entonces el impacto nacional" de su liderazgo "también va a ser importante" aunque reiteró que el opositor llega como "un venezolano más" a colaborar "con lo que cree" y derribar la "cúpula" del poder actual.

Las dudas sobre el regreso del exgobernador también tienen que ver, según Márquez, con los rumores que han corrido en el país que aseguran que Rosales ha regresado a Venezuela tras negociar con el Gobierno de Nicolás Maduro.

"Nuestro partido no tiene absolutamente nada qué esconder en relación al caso de Rosales, y en relación a ninguna conversación o negociación con el Gobierno", dijo.

Esta idea ya fue puesta sobre la mesa por el mismo Rosales en un video que grabó antes de su detención y que fue difundido ayer, en el que aseguró que durante estos seis años ha sido víctima de una "campaña de desprestigio brutal".

Asimismo, UNT aseguró esta jornada que el juicio que un tribunal del país espera iniciar contra Rosales, puede ser declarado nulo por falta de pruebas que lo inculpen en los supuestos actos de malversación de fondos por los que es señalado.

"Los abogados de Rosales expondrán en esa audiencia los criterios y pruebas que soportan la solicitud de nulidad del juicio que se le ha pretendido iniciar a Rosales por carencia de pruebas", dijo Márquez.

El dirigente indicó que hay "hechos irrebatibles" que apuntan a la inocencia de Rosales y señaló que la Interpol lo declaró "perseguido político" y que el exmagistrado Eladio Aponte, destituido en 2012 y acusado de tener nexos con el narcotráfico, aseguró que contra el político se había tejido "una confabulación".

Comentó que "la única acusación que quedó viva" de todas las que se han hecho contra Rosales desde 2008 fue una "supuesta inconsistencia en la declaración jurada de bienes" durante su mandato como gobernador que hoy en día equivale a 23 dólares, una falta de la que, asegura, también se demostró que es infundada.

Rosales estuvo asilado en Perú desde 2009 y ha asegurado que su regreso al país se debe a que quiere "luchar junto al pueblo" para ayudar a impulsar la victoria de la oposición en las parlamentarias.