Mendoza (Argentina), 21 jul (EFE).- El Mercado Común del Sur (Mercosur) aseguró hoy que no se ve a sí mismo como el "ángel castigador" de Venezuela pero advirtió que se tomarán medidas si no hay pronto un diálogo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición para abordar la severa crisis política y social del país.

La cumbre de jefes de Estado del Mercosur que se celebró este viernes en la ciudad argentina de Mendoza, 1.000 kilómetros al oeste de Buenos Aires, tuvo como claro protagonista al país caribeño.

Nada más arrancar la sesión, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, le pidió "paz", la liberación de los presos políticos y la articulación de un calendario electoral y reiteró la disposición del bloque para actuar como intermediario entre el Gobierno y la oposición.

"El domingo los venezolanos le demostraron al mundo que están comprometidos con la democracia", afirmó el mandatario -que este viernes traspasó la presidencia pro témpore del bloque a Brasil- en alusión al referéndum en el que 7,5 millones de venezolanos rechazaron la Asamblea Nacional Constituyente impulsada por Maduro para modificar la Carta Magna.

El presidente brasileño, Michel Temer, también se manifestó en este sentido, al apuntar que existe un fuerte "consenso" dentro del bloque respecto a la situación del país caribeño.

"Cuando nosotros hablamos al Gobierno, por un lado, y al pueblo venezolano, por otro, no es solo para criticar sino para incentivar un posible acuerdo de forma que se logre la pacificación de nuestro pueblo hermano, que está sufriendo este conflicto", sostuvo Temer.

Tras la cumbre, los Estado parte del bloque (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), así como Chile, Colombia, Guyana y México, emitieron una declaración conjunta en la que reiteraron su "profunda preocupación por el agravamiento" de la situación en Venezuela.

El canciller argentino, Jorge Faurie, destacó en una rueda de prensa que el documento es una llamada para que "cese la violencia" y se respeten las garantías constitucionales.

Además, aclaró que no se trata de un "ultimátum" a Maduro y reiteró que "ninguno de los países del Mercosur" quiere actuar como su "ángel castigador".

Faurie anunció que el bloque le envió una carta al mandatario en la que le instó a mantener un diálogo con la oposición y el Mercosur "en un plazo particularmente breve".

Según explicó, la nota fue remitida en virtud del Protocolo de Ushuaia, firmado por el Mercosur en 1998 y que incluye la denominada cláusula democrática, un instrumento que "obliga a que los países miembros hagan un proceso de consulta" en caso de ruptura del orden institucional.

También apuntó que un requisito "sine qua non" para estar en el bloque es "el respeto a la democracia" y, según dijo, esta "no está vigente plenamente en Venezuela", por lo que, si el Gobierno no responde pronto a su requerimiento, el bloque continuará con el "proceso" y tomará medidas más severas.

Por su parte, en la misma rueda de prensa, el canciller brasileño, Aloysio Nunes, aseguró que con el referéndum, la oposición mostró capacidad de movilización y organización y, por ende, que se encuentra "en condiciones de gobernar".

"El actual Gobierno venezolano todavía nos puede reservar más sorpresas más allá de la Constituyente", afirmó antes de coincidir con su par argentino en que la declaración del Mercosur no es un "ultimátum" porque aún es necesaria una consulta previa.

"Si ella se muestra infructífera, miraremos lo que hacer", agregó.

Venezuela ya fue suspendida en diciembre pasado como miembro pleno del bloque por incumplir los plazos de incorporación de la normativa del Mercosur a su legislación nacional.