La Paz, 2 ago (EFE).- Los líderes cívicos de la región boliviana de Potosí (suroeste) decidieron suspender la huelga que cumplían desde el pasado 6 de julio y declararon "persona non grata" al vicepresidente del país, Álvaro García Linera, y a los ministros del Gobierno al considerar que no aportaron soluciones al conflicto.

La suspensión de la huelga fue definida anoche en una reunión de las instituciones y sindicatos que integran el Comité Cívico Potosinista (Comcipo), que encabezó las protestas potosinas, explicó hoy a la radio Erbol un dirigente de esa entidad, René Cruz.

Según Cruz, se trata de una pausa momentánea porque los potosinos permanecerán en "emergencia" y "constante vigilia" y reactivarán sus protestas en el "momento oportuno".

En la reunión también se decidió declarar "personas non gratas" a García Linera, a los ministros del presidente Evo Morales y a los legisladores potosinos "por no dar una respuesta y por no viabilizar que haya una solución inmediata al departamento de Potosí".

La huelga y los bloqueos de carreteras registrados desde el 6 de julio en Potosí para exigir atención a 26 demandas de desarrollo regional tuvieron el viernes una pausa de doce horas para que los habitantes de esa ciudad andina puedan abastecerse de alimentos y retiren dinero de los bancos.

También se permitió el paso de centenares de autobuses y camiones que estuvieron parados durante 26 días en la ciudad, aunque el sábado se volvieron a activar la huelga y los cortes de rutas, a la espera de las definiciones de la reunión de Comcipo.

Los potosinos exigen plantas hidroeléctricas, tres hospitales, más carreteras, fábricas de vidrio y cemento, un aeropuerto internacional y la preservación del Cerro Rico, deteriorado por la minería, entre otras demandas.

Una delegación de Comcipo que se encontraba en La Paz retornó el jueves a Potosí tras haber fracasado en su intento de alcanzar acuerdos con los ministros.

Según Cruz, si bien no obtuvieron "una respuesta favorable de parte del Gobierno central", los potosinos se sienten "victoriosos" porque lograron "la unidad de todo el departamento de Potosí" y consiguieron "desenmascarar al Gobierno de Evo Morales" que, según dijo, "no tiene propuestas objetivas" para la región.

Morales y sus ministros han descalificado varias veces a los dirigentes potosinos y pusieron en duda su legitimidad asegurando que la protesta es alentada por la derecha boliviana, que busca promover un movimiento federalista.

Esa denuncia fue rechazada por los líderes cívicos que abanderan su lucha contra la pobreza de la región (30 % en la ciudad y 67 % en el campo) como la razón de la huelga general, similar a otra en 2010 que llegó a 19 días.

En la reunión de Comcipo también se definió una marcha de protesta este jueves 6 de agosto, cuando Bolivia recordará 190 años de su fundación, y la convocatoria a un cabildo departamental para definir nuevas acciones.

Además, los líderes potosinos ratificaron el pedido de renuncia del gobernador del departamento, Juan Carlos Cejas, y del alcalde de la capital potosina, William Cervantes, ambos del partido de Morales y elegidos en las urnas en marzo pasado.

Comcipo justificó esa petición, criticada por el Gobierno de Morales, en que esas autoridades electas no apoyaron las medidas de presión para exigir al presidente los proyectos sociales y económicos que necesita Potosí para combatir la pobreza.