Asunción, 12 jun (EFE).- Familiares de las víctimas de la masacre de Curuguaty, que en 2012 costó la vida a 17 personas y el cargo al presidente de Paraguay, Fernando Lugo, recordaron hoy el aniversario de la matanza, a pocos días de que culmine el proceso contra once campesinos acusados por estos hechos.

Los familiares celebraron una ceremonia religiosa en recuerdo de las víctimas de la masacre, once campesinos y seis policías, que murieron el 15 de junio de 2012 cuando varios centenares de policías acudieron a desalojar a unos 70 campesinos de la finca que ocupaban en el distrito de Curuguaty (este) para pedir que las tierras se integrasen a la reforma agraria.

Once campesinos están siendo juzgados en Asunción por la muerte de seis policías en la masacre, mientras que no hay ningún imputado por la muerte de los labriegos en la matanza.

Este lunes, los familiares de las víctimas prevén reunirse con el Fiscal General del Estado de Paraguay, Javier Díaz Verón, y con representantes parlamentarios para solicitarles que abran una investigación por las muertes de los campesinos.

Además, el próximo martes, víspera del cuarto aniversario de la masacre, se presentarán los alegatos finales de la Fiscalía y de los abogados defensores, antes de que concluya el proceso contra los once acusados, a quienes se imputan los cargos de invasión de inmueble ajeno, asociación criminal y homicidio doloso en grado de tentativa.

Diez de estos once acusados permanecen desde que comenzó el proceso, el pasado mes de julio, en un albergue post penitenciario de Asunción, donde este domingo recibieron la visita de miembros de varias organizaciones que les prestan apoyo.

Los campesinos conviven en este espacio con sus hijos y reciben la solidaridad de miembros de varias organizaciones sociales, que sostienen que la Fiscalía no pudo demostrar la culpabilidad de los acusados en ninguno de los cargos que se les imputan, y pide su absolución.

Mientras el único de los imputados que continúa en prisión por una causa anterior a la masacre, Rubén Villalba, también fue visitado este fin de semana en el penal de Tacumbú, en Asunción, después de que la penitenciaría registrara un incendio en la madrugada de este viernes, en el que fallecieron cinco internos y un guardia de seguridad.

La masacre de Curuguaty sirvió de base al entonces opositor y hoy gobernante Partido Colorado para impulsar un juicio político al presidente Fernando Lugo, que fue destituido una semana más tarde en un proceso tildado de irregular por organismos internacionales como la Unasur, y que le valió a Paraguay su expulsión temporal de Mercosur.