La Paz, 7 ago (EFE).- El suministro de oxígeno medicinal ha generado una notable preocupación en Bolivia, donde el Gobierno interino culpa de los problemas de abastecimiento a bloqueos en carreteras por protestas sociales, cuyos convocantes aseguran por el contrario que permiten el paso de camiones cisterna.
Varios de estos camiones llegaron este viernes de madrugada hora local a la ciudad boliviana de Cochabamba, según confirmó el Ejecutivo transitorio, que el día antes había advertido de levantar por la fuerza los bloqueos.
El ministro interino de Gobierno (Interior), Arturo Murillo, dijo a los medios en Cochabamba que las cisternas estaban varadas por una semana por los bloqueos, denunció que en algunas carreteras están saqueando camiones y anunció procesos contra manifestantes, por crímenes de lesa humanidad y delitos como terrorismo.
Las protestas se suceden desde el pasado lunes en contra del aplazamiento del 6 de septiembre al 18 de octubre de las elecciones generales en el país, convocadas por organizaciones como la Central Obrera Boliviana y el denominado Pacto de Unidad, mientras el Gobierno interino acusa de estar detrás al Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales.
Tanto estas organizaciones como el MAS mantienen que se permite el paso de camiones cisterna y con tubos de oxígeno medicinal, mostrando con documentos que instan a los manifestantes a permitir que pasen los camiones e imágenes de transportes a lo que se dejó circular.
Varios medios bolivianos como el diario Página Siete de La Paz reportaron sobre fallecidos por falta de oxígeno en centros sanitarios de la ciudad andina de Oruro.
CRUCES DE ACUSACIONES
Los manifestantes denuncian que les culpan sin pruebas de los problemas de abastecimiento, para ocultar una mala gestión gubernamental ante la pandemia de la COVID-19 y justificar lo que califican como una represión por motivos políticos.
Organismos internacionales como Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos, además de entidades bolivianas como la Iglesia católica, han llamado al diálogo.
Bolivia tiene oficialmente 3.465 fallecidos y 86.423 contagiados por el nuevo coronavirus entre sus once millones y medio de habitantes, lo que según distintos estudios lo sitúa entre los países más afectados del mundo por la enfermedad comparado con su población.
El país tiene que elegir presidente, vicepresidente, diputados y senadores, en unos comicios pendientes desde la anulación de los de octubre del año pasado entre denuncias de fraude, aún bajo investigación judicial, a favor de Evo Morales, que había sido declarado vencedor pero anunció su renuncia denunciando que era presionado por un golpe de Estado para negarle su triunfo y obligarlo a dejar el poder.
Añez, entonces una senadora opositora, asumió de forma interina el poder y los manifestantes la acusan de prorrogarse indefinidamente, pues los comicios ya se habían aplazado de mayo a septiembre por la pandemia, mientras la mandataria transitoria, candidata por la alianza Juntos, mantiene que es el órgano electoral el que fija la fecha y le culpa de favorecer las protestas con los sucesivos aplazamientos.