Asunción, 18 dic (EFE).- La playa de recreo fluvial de Asunción es uno de los lugares que también se ha "tragado" el río Paraguay, que en su crecida ha inundado barrios enteros y provocado la evacuación de unas 50.000 personas solo en la capital.

Desde que hace una semana se iniciara la actual subida del río, sus aguas han acabado por borrar del mapa gran parte de la franja de arena de la bahía de Asunción, lo más parecido a una playa que tienen los vecinos del centro histórico.

Y es que pese a que el baño está prohibido en la bahía, debido a la contaminación cloacal, esa estrecha cola de arena es el único punto de recreo de esta parte de la ciudad, con actividades que van desde los paseos en bote, la práctica del voleibol y otras igual de saludables como sestear bajo las exóticas sombrillas o broncearse el cuerpo.

Sin embargo, el río, que hoy alcanzó los 7,20 metros de altura, ha sumergido la mayor parte de la playa y también los pequeños embarcaderos donde salían las lanchas que ofrecen viajes por la bahía, uno de los pasatiempos de fin de semana de los asuncenos.

La crecida ha derribado también las sombrillas, empujado a la orilla a bancos enteros de plantas y quitado las ganas de navegar a los muchos aficionados al remo.

Las aguas han penetrado hasta el vecino barrio de la Chacarita, a espaldas de la playa, y muchos de sus pobladores han tenido que subir algunos metros más arriba, hasta las inmediaciones del Congreso Nacional, y acomodarse en precarias casetas de contrachapado y cinc que han levantado con sus manos.

El río tampoco ha olvidado a otras de sus víctimas predilectas, los vecinos de los Bañados, dos barrios de la franja fluvial cuyos moradores componen el grueso de los desplazados por las crecidas.

Hasta la fecha hay unos 50.000 desplazados, de los cuales unos 35.000 lo son por la última subida, que comenzó hace una semana, cuando todavía Asunción tenía su playa.

El resto sigue fuera de sus hogares desde la crecida de 2014, cuando el río superó también los siete metros y afectó a unas 85.000 personas.

Las crecidas del Paraguay ser producían una vez por década pero en los últimos dos años ha subido por encima de los 5,5 metros, su punto crítico, en tres ocasiones.

Ahora se debe a las precipitaciones causadas por El Niño, un fenómeno meteorológico cuya llegada el Gobierno anunció hace meses atrás sin tomar nuevas medidas para prevenir las pésimas condiciones de vida de los desplazados.

Precisamente, muchos afectados han comenzado a criticar al Gobierno por no haber tomado medidas al respecto sabiendo lo que iba a ocurrir.

Se quejan además de que la alternativa del Gobierno, de instalar refugios, no es viable por la falta de medidas de sanidad y porque no ataja de raíz el problema de las crecidas y su pernicioso efecto sobre los moradores de la línea fluvial.