Santiago de Chile, 21 jun (EFE).- La directiva del derechista partido Unión Demócrata Independiente (UDI) visitó hoy al desaforado senador Jaime Orpis, que cumple prisión preventiva por su presunta implicación en el caso Corpesca, en un centro penitenciario de Santiago, informaron fuentes de la agrupación.

La visita, que duró alrededor de 40 minutos, estuvo encabezada por el presidente del partido, el senador Hernán Larraín, acompañado por el también senador Juan Antonio Coloma.

El parlamentario supuestamente recibió 233 millones de pesos (unos 340.000 dólares) de la empresa pesquera chilena Corpesca durante la tramitación de una nueva ley de pesca.

A la salida del centro, Larraín indicó que "creemos que Jaime Orpis es un buen hombre, que no es un peligro para la sociedad y que las medidas que se han tomado en su contra son absolutamente desproporcionadas, es un hombre que tiene una trayectoria impecable, ha dedicado su vida al servicio público".

"Sabemos que lo está pasando mal, es una situación humana muy difícil y por eso es que estamos aquí", agregó el presidente de la UDI, partido que sustentó ideológicamente a la dictadura de Augusto Pinochet.

Añadió Larraín que "muchas personas, en situaciones similares, no están ni siquiera siendo objeto de investigación".

"Esto se debe a la forma unilateral con que el Ministerio Público, el Consejo de Defensa del Estado (CDE), el Servicio de Impuestos Internos y los propios tribunales de justicia están procediendo en esta materia", apostilló.

Según la investigación del Ministerio público, Orpis entregó 77 boletas ideológicamente falsas (recibos por servicios no prestados realmente) a Corpesca, empresa controlada en un 77 % por el grupo Angelini, uno de los más grandes conglomerados industriales y financieros del país austral.

Adicionalmente, la empresa utilizó las boletas falsas para rebajar impuestos.

De esta forma presuntamente se facilitó a la pesquera rebajar impuestos de manera ilícita.

La Fiscalía también atribuye a Jaime Orpis fraude al fisco por 153 millones de pesos (unos 223.000 dólares) procedentes de asignaciones parlamentarias que fueron transferidas a su cuenta personal y para las que simuló contratos. El parlamentario, no obstante, devolvió ese dinero al Congreso.