Río de Janeiro, 23 jul (EFE).- Brasil decidió cancelar unilateralmente el acuerdo bilateral que suscribió con Ucrania en 2003 para la construcción de un centro conjunto de lanzamiento de satélites en la base aeroespacial brasileña de Alcántara, según confirmaron hoy fuentes oficiales.
"Era mejor deshacer esta cooperación y encontrar otros socios, que aún no han sido determinados, para que podamos avanzar en el área aeroespacial", dijo el ministro de Defensa, Jaques Wagner, en declaraciones que concedió a periodistas durante el acto de presentación de un nuevo buque de investigación oceanográfica de la Marina en Río de Janeiro.
En los últimos meses una comisión integrada por representantes de los Ministerios brasileños de Defensa, Ciencia y Tecnología y Relaciones Exteriores estudió las alternativas para sacar adelante el proyecto, dijo Wagner, pero llegó a la conclusión de que "era mejor deshacer esta cooperación".
A principios de la década pasada, el Centro de Lanzamiento de Alcántara (CLA) se convirtió en el protagonista de un acuerdo alcanzado entre Brasil y Ucrania para la construcción de una base aeroespacial con posibilidades de lanzar y comercializar la puesta en órbita de satélites geoestacionarios.
De acuerdo con el ministro brasileño de Ciencia y Tecnología, Aldo Rebelo, quien también asistió al acto, se trataba de un "acuerdo comercial" entre ambos países, que no incluía ningún tipo de "transferencia" de conocimiento tecnológico, para "prestar servicios a terceros países que estuvieran interesados en poner satélites en órbita".
Para tal fin ambos Gobiernos constituyeron una empresa, Alcántara Cyclone Space (ACS), cuya misión sería el desarrollo y la explotación del CLA mediante la prestación de servicios de lanzamientos espaciales tanto para Brasil y Ucrania, como para otras potencias o, incluso, para clientes privados.
El proyecto había recibido una inversión de 1.000 millones de reales (303,85 millones de dólares) desde que se puso en marcha el acuerdo de cooperación entre ambos países en 2004.
Pero, según fuentes oficiales, ante la actual política del Gobierno brasileño de reducción del gasto público para hacer frente al estancamiento de la economía brasileña, para el país es inviable un proyecto que, según se preveía, sería deficitario durante los primeros veinte años.
Por otro lado, la actual crisis política que sufre Ucrania, provocada por la anexión de Crimea por parte de Rusia y que le había llevado a paralizar su participación económica en el proyecto, también contó en la decisión.
Según algunas versiones, el Gobierno de Rusia presionaba por el fin de la cooperación espacial entre Ucrania y Brasil, su principal socio comercial en Latinoamérica.
Wagner, sin embargo, rechazó que el fin del proyecto se deba a cuestiones políticas ya que el fin del acuerdo "fue decidido antes de eso", si bien admitió que "eventualmente el conflicto agravó (la situación) ya que éste incluía mucha tecnología que es compartida entre Rusia y Ucrania".
La previsión del proyecto era que el complejo de lanzamiento espacial comenzara a funcionar en 2015, pero en estos momentos las obras de ampliación mostraban un evidente estado de abandono, lo que había provocado el deterioro de gran parte del trabajo ya realizado.
Entre las opciones para dar salida a unas instalaciones "que ya han sido levantadas, si bien aún no han sido terminadas", se baraja la posibilidad de alcanzar un acuerdo con otro socio que bien podría ser Estados Unidos, Rusia, China o Europa.
Con los estadounidenses, según confirmó Rebelo, se retomaron las conversaciones al respecto en el marco de la visita de Estado que la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, realizó a Washington a finales del mes pasado.
En 2000 se llegó a firmar un acuerdo de colaboración en materia aeroespacial con Estados Unidos, pero finalmente no prosperó por no querer éstos compartir su tecnología con Brasil.