Sao Paulo, 23 may (EFE).- Los camioneros brasileños, en huelga desde el lunes por los altos precios del diesel, mantuvieron hoy su protesta pese al esfuerzo del Gobierno por atajar el malestar y garantizar un abastecimiento que ya se ha visto afectado por ese paro en algunas regiones del país.

Los camioneros cruzaron los brazos y bloquearon autopistas en al menos 24 de los 27 estados de Brasil ante la escalada del precio de los combustibles, atribuida al encarecimiento del petróleo en los mercados internacionales y a la fuerte devaluación del real.

Los efectos de la paralización comenzaron a sentirse hoy de forma aguda después de que se registraran problemas de abastecimiento de productos básicos, como la gasolina o alimentos, en diversas ciudades del país.

En algunos mercados de Sao Paulo y Río de Janeiro, dos de los estados más industrializados de Brasil, faltaron hoy algunos productos perecederos, señalaron algunas asociaciones.

La producción en algunas fábricas, como la de Volkswagen en la localidad paulista de Taubaté, se vio afectada debido a la falta de piezas, mientras que la empresa de Correos suspendió la entrega de encomiendas expresas ya que no puede garantizar su distribución.

La protesta de los camioneros también ha afectado las operaciones en el puerto de Santos, en el litoral de Sao Paulo, considerado el mayor terminal de cargas de América Latina y cuyos accesos fueron bloqueados parcialmente por los manifestantes.

Asimismo, al menos cinco aeropuertos, entre ellos el de Congonhas, en Sao Paulo, solo tienen combustible disponible para este miércoles, según el informe diario de Empresa Brasileña de Infraestructura Aeroportuaria (Infraero).

Los estados más perjudicados hasta el momento fueron el de Minas Gerais, con 40 bloqueos, Goiás (con 24), Mato Grosso do Sul (26), Río de Janeiro (17), Bahía (16) y Sao Paulo, el estado más poblado y rico de Brasil, con 10.

Ante ese escenario, la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (Fiesp), el más poderoso gremio empresarial de Brasil, expresó hoy su "indignación" y advirtió de que la paralización de los camioneros "está generando perjuicios importantes a la industria y a la sociedad como un todo".

La presión llevó a la petrolera estatal Petrobras a anunciar una reducción del 10 % del precio del diesel en las refinerías durante 15 días, aunque precisó que es una medida de carácter excepcional y que no representa un cambio en la política de precios de la empresa.

El Gobierno anunció la víspera un acuerdo con el Congreso para reducir los impuestos sobre el diesel y contener así la escalada del precio del combustible.

El ministro de Hacienda de Brasil, Eduardo Guardia, condicionó la decisión y afirmó que el Ejecutivo suspenderá los tributos sobre el diesel una vez que el Congreso brasileño apruebe una medida para eliminar beneficios fiscales que algunos sectores tienen en el pago de impuestos.

No obstante, la medida no fue suficiente para los camioneros, que pretenden mantener la huelga hasta que hayan más garantías por parte del Gobierno para contener el aumento de los precios del combustible, aunque podrían revisar temporalmente la paralización tras la decisión temporal de Petrobras.

Petrobras ha insistido en que continuará sus políticas de ajustes de precios en Brasil, lo que implica revisiones diarias que se definen, entre otros factores, en función de la turbulenta situación de los mercados petroleros globales y el mercado de cambio.

Antes del anuncio de la petrolera, la Confederación Nacional de Transporte (CNT) afirmó que Petrobras "miente" y que los transportistas "no pueden responder por la ineficacia" de la empresa y por "la corrupción que ocurrió en la estatal".

"Esa política equivocada y desastrosa no podría haber sido implementada en peor momento para el sector transportador, que aún lucha para superar las pérdidas de la fuerte recesión económica", señaló la CNT.