México,30 sep (EFE).- El crimen organizado y el excesivo uso de la fuerza de la policía han sido los ingredientes de la violencia que el pasado fin de semana dejó en el sureño estado mexicano de Guerrero seis muertos, 25 heridos, 57 desaparecidos y 22 policías arrestados, informaron las autoridades mexicanas.
El procurador del estado de Guerrero, Iñaky Blanco Cabrera, explicó en rueda de prensa los resultados de las pesquisas sobre los incidentes sangrientos del pasado viernes y la madrugada del sábado, cuando ocurrieron al menos cuatro ataques a tiros en diverso puntos del estado.
Indicó que los dos primeros tiroteos ocurrieron en la ciudad de Iguala, ubicada a unos 100 kilómetros de Chilpancingo, la capital de Guerrero en contra de estudiantes de la Normal (escuela para maestros) de Ayotzinapa, con un saldo de tres estudiantes muertos.
Los dos ataques restantes fueron protagonizados por grupos de desconocidos.
El primero de estos hechos fue en la carretera entre Iguala y Chilpancingo, cuando unos diez civiles vestidos de negro y encapuchados dispararon contra un autobús en el que viajaba el equipo de fútbol de tercera división Avispones de Chilpancingo, con un balance de tres víctimas mortales.
El segundo se registró en la población de Mezcala, a unos 80 kilómetros de Iguala, cuando unos 15 civiles con armas largas dispararon contra los vehículos y asaltaron a los conductores, aunque los agresores huyeron al acercarse un vehículo policial, explicó.
El procurador rechazó que los civiles que atacaron a la población sean paramilitares, como sugirió la prensa, y matizó que por su vestimenta y armas es más probable que sean del crimen organizado.
"Son personas vestidas de negro, con capuchas, que se transportaban en camionetas negras, y debido a los calibres, no descartamos que sean de la delincuencia organizada", afirmó.
En el lugar del ataque se localizaron casquillos de fusiles automáticos AK-47, los llamados "cuernos de chivo", muy usados por el narcotráfico.
Respecto a los tiroteos contra estudiantes en Iguala, Blanco Cabrera precisó que según todas las evidencias, la policía municipal accionó sus armas en contra tres autobuses que estaban en manos de estudiantes, antes de asesinar a tiros a dos de ellos en un segundo incidente.
A esas dos víctimas se sumó luego otra, cuyo cuerpo fue encontrado cerca del lugar horas después.
Además de estos hechos de violencia, los estudiantes denunciaron más tarde la desaparición de 57 compañeros y expresaron su temor que hayan sido secuestrados y asesinados por el crimen organizado.
El fiscal explicó que desde ese día se implementó un operativo de policías estatales, federales y militares, con el apoyo de un helicóptero, y que en esta búsqueda se logró ubicar a 40 estudiantes, aunque estos son los mismos que los 57 denunciados.
Iñaki destacó que se revisaron las instalaciones del cuartel del 27 batallón de la Secretaría de la Defensa Nacional y el cuartel de la Policía municipal de Iguala sin encontrar nada.
Agregó que en este operativo participan estudiantes de la misma Normal, para facilitar la identificación de los desaparecidos.
Además, agregó que han solicitado el apoyo de las fiscalías y otras instituciones en todo el país.
Por otro lado, el procurador informó que se encuentran arrestados 22 policías municipales de Iguala, que fueron trasladados en la noche de sábado a las instalaciones en Acapulco, tras definirse su presunta responsabilidad en los hechos.
El procurador aclaró que para el traslado de los detenidos fue necesario el apoyo de las fuerzas armadas, debido a que un numeroso grupo de familiares de los arrestados intentaba frenar el operativo y amenazaba con rescatarlos.
Explicó que en las próximas horas se definirá la situación legal de los uniformados detenidos, que pueden ser sometidos a un proceso penal por el "uso excesivo de la fuerza", ya que la respuesta policial "no fue proporcional sino desmedida, y no hay ninguna justificación para que hayan hecho uso de las armas de fuego".
Este lunes unos 3.000 estudiantes se manifestaron en Chilpancingo para exigir la aparición con vida de más de medio centenar de jóvenes desaparecidos, el castigo para los responsables de la muerte de las seis personas y la renuncia del gobernador Ángel Aguirre y atacaron la sede del congreso estatal.
Durante un mitin celebrado frente al Congreso, un grupo de jóvenes encapuchados abrió las rejas del recinto y apedreó la fachada de vidrio del recinto, en el último episodio de la ola de violencia en la que se ha haya sumido el estado mexicano de Guerrero desde el viernes.
Estudiantes atacan Congreso de Guerrero y exigen renuncia del gobernador
Chilpancingo (México), 29 sep (EFE).- Un grupo de estudiantes del estado mexicano de Guerrero atacaron hoy la sede del Congreso durante una marcha por Chilpancingo para exigir la aparición con vida de más de medio centenar de jóvenes desaparecidos y la renuncia del gobernador Ángel Aguirre.
La marcha, en la que participaron unos 3.000 estudiantes de las nueve escuelas normales de Guerrero dedicadas a la formación de maestros, familiares de los desaparecidos y maestros, arrancó al mediodía y se desarrolló sin contratiempos hasta que llegó a la sede legislativa.
Durante un mitin celebrado frente al Congreso un grupo de jóvenes encapuchados abrió las rejas del recinto y apedreó la fachada de vidrio del recinto, que quedó destruida sin que las autoridades lo impidieran.
Los manifestantes exigieron hoy castigo para los responsables de la muerte de seis personas la noche del viernes pasado en la localidad de Iguala, entre ellos tres alumnos de la Normal Rural de Ayotzinapa, un futbolista menor de edad y dos personas más.
Además, pidieron a las autoridades que "presenten con vida" a sus compañeros desaparecidos desde la noche del viernes, cuando fueron atacados a tiros por policías municipales.
"Vivos se los llevaron, vivos los queremos", reza una de las pancartas que portaban los estudiantes, que anunciaron la paralización de labores hasta que aparezcan sus compañeros.
Según la lista de la Normal de Ayotzinapa, 56 estudiantes se encuentran desaparecidos tras la ola de violencia del viernes, una cifra que el Gobierno de Guerrero eleva a 57.
Los maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) amenazaron con paralizar todas las escuelas del estado si no se castiga a los responsables de la ola de violencia, en la que además resultaron lesionadas 25 personas.
Además de la renuncia del gobernador, los estudiantes exigen la renuncia del alcalde de Iguala, José Luis Abarca, a quien acusan de ser cómplice de la delincuencia organizada junto con los policías municipales que atentaron ese día contra los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa.
Por esta ola de violencia, hay 22 policías detenidos en el puerto de Acapulco en calidad de "probables responsables", según el Gobierno estatal.
Los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa se han opuesto a la reforma educativa aprobada en 2013 y en los últimos tiempos han protagonizado varias protestas y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
La escuela prepara maestros de educación primaria y es famosa debido a que por sus aulas pasaron personajes como Lucio Cabañas y Genaro Vázquez, quienes encabezaron en las décadas de 1960 y 1970 sendos grupos guerrilleros.
Estudiantes mexicanos creen que desaparecidos pueden estar en manos de crimen
Chilpancingo (México) 29 sep (EFEUSA).- Los estudiantes atacados a tiros el fin de semana pasado en la localidad mexicana de Iguala expresaron hoy su temor de que más de medio centenar de jóvenes que se encuentran desaparecidos estén en manos del crimen organizado.
Un alumno de la Escuela Normal de Ayotzinapa (de formación de maestros), en el sureño estado de Guerrero, y testigo de los hechos violentos, dijo a Efe que todo comenzó la noche del viernes cuando "un grupo de policías pretendió cerrarles el paso a los autobuses en que viajaban".
"Luego de un forcejeo, los policías (municipales) accionaron sus armas contra el alumnado que en ese momento había terminado de hacer una colecta para costear gastos del internado de la Normal", apuntó la fuente, que pidió el anonimato.
El testigo comentó que en ese primer ataque los agentes se llevaron detenidos en las patrullas identificadas con los números 017, 018, 020, 022 y 028 a más de 20 de sus "compañeros y hasta el momento no se sabe nada de ellos".
Poco antes de la medianoche, cuando los estudiantes daban una rueda de prensa a algunos medios de comunicación de Iguala, fueron atacados por un grupo de civiles armados, quedando en ese lugar dos jóvenes muertos.
"Ahí todos corrimos, estaba muy oscuro y solo se escucharon las detonaciones, los compañeros se dispersaron y no supimos del paradero de al menos 30 de ellos que hasta el momento se encuentran desaparecidos", apuntó.
Al día siguiente las autoridades hallaron el cuerpo del estudiante Julio César Mondragón a 500 metros del segundo ataque, al que le quitaron la piel del rostro y le sacaron los ojos, típico de los asesinatos perpetrados por el crimen organizado.
En otro ataque, tres personas más perdieron la vida la noche del viernes, incluido un menor de edad, cuando un grupo abrió fuego contra un autobús en el que viajaba el equipo de fútbol de tercera división Avispones de Chilpancingo.
Los familiares de los estudiantes temen que los desaparecidos estén en manos del crimen organizado y han exigido a las autoridades militares y policiacas que agilicen los operativos de búsqueda.
Desde el sábado los padres de familia y los alumnos de la Normal buscan a los jóvenes de entre 18 y 25 años en los hospitales y los depósitos de cadáveres de Iguala, ciudad ubicada a unos 100 kilómetros de Chilpancingo, la capital de Guerrero.
El Gobierno de Guerrero informó la noche del domingo que abrió una investigación en torno a las desapariciones y puso en marcha un operativo para dar con el paradero de 58 jóvenes reportados como desaparecidos por el Comité Estudiantil de la Normal de Ayotzinapa.
Este lunes están convocadas varias movilizaciones de estudiantes de las nueve escuelas normales que hay en Guerrero para exigir la aparición con vida de los alumnos.
Además, los manifestantes pedirán la renuncia del gobernador del estado, Ángel Aguirre, y del alcalde de Iguala, José Luis Abarca, ambos del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Abarca declaró hoy a la emisora MVS que la noche del viernes fue informado de disturbios provocados por estudiantes de la Normal, quienes supuestamente golpeaban y robaban a los asistentes a un acto oficial en la plaza central de Iguala.
Aseguró haber dado la orden a su secretario de Seguridad, Felipe Flores, de que los vigilaran y de que "no tocaran a nadie". Hasta avanzada la madrugada dijo haberse enterado por las redes sociales y los medios de comunicación de los "decesos de algunas personas".
Por esta ola de violencia, en la que además 17 personas resultaron heridas, hay 22 policías detenidos en el puerto de Acapulco en calidad de "probables responsables", según el Gobierno estatal.