Tokio, 17 oct (EFE).- El político antinuclear Ryuichi Yoneyama se ha impuesto en los comicios para gobernador de la prefectura japonesa de Niigata, que acoge la mayor central nuclear del mundo, en lo que puede suponer un revés para la política atómica del Gobierno central.

Yoneyama, independiente de 49 años que ha contado con el apoyo del Partido Comunista y otros dos pequeños grupos, se impuso con el 53,2 por ciento de los votos a su rival en las urnas, Tamio Mori, según informó hoy la comisión electoral de Niigata (noroeste de Japón).

Desde el arranque de campaña, Yoneyama mostró su clara oposición a que vuelva a operar la planta nuclear de Kashiwazaki-Kariwa amparándose en el accidente ocurrido en la de Fukushima en 2011, mientras que su rival nunca dejó clara su postura al respecto.

"Déjenme decir que bajo las actuales circunstancias no puedo aceptarla (la reactivación), ya que entonces no puedo proteger las vidas de la gente tal y como prometí", dijo hoy el político tras conocer el resultado en declaraciones recogidas por la agencia de noticias Kyodo.

La elección de Yoneyama llega después de que Hirohiko Izumida, anterior gobernador que siempre mostró una actitud muy cauta con respecto a la central, anunciara este año que no se presentaba a la reelección tras tres mandatos consecutivos.

Muchos miembros del gobernante Partido Liberal Demócrata (PLD) han mostrado su preocupación ante la posibilidad de que una victoria de Yoneyama bloquee en el futuro el reinicio de Kashiwazaki-Kariwa, que con sus siete reactores y su capacidad para generar hasta 8,2 millones de vatios de electricidad es la mayor del mundo.

Para impulsar la economía de Japón, país energéticamente muy dependiente del exterior, el Gobierno ha apostado por la reapertura de centrales en el país bajo nuevos y más estrictos requisitos en materia de seguridad que, según la administración, evitarían que se repitiera una situación como la producida por el tsunami de 2011.

Además de por su gran capacidad y envergadura, la central carga también con el estigma de ser propiedad de "Tokyo Electric Power" (TEPCO), la empresa que está detrás del desastre nuclear de Fukushima, y de haber sufrido pequeñas fugas radiactivas a causa de un terremoto de 6,6 grados en la escala abierta de Richter que golpeó Niigata en 2007.

TEPCO tiene depositadas enormes esperanzas en la reactivación de la central, la única que le queda en condiciones operativas, para revitalizar sus maltrechas cuentas y ha solicitado permiso a la Autoridad de Regulación Nuclear (NRA).