Estambul, 6 feb (EFE).- El primer ministro griego, Alexis Tsipras, de visita oficial en Turquía, y el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé, han expresado hoy su esperanza de que Ankara permita pronto la reapertura del «Seminario de Halki».
El ortodoxo Monasterio Hagia Triada, situado en lo alto de una colina de la isla de Heybeliada, en el mar de Mármara, albergaba desde 1844, hasta su cierre en 1971, uno de los seminarios teológicos más importantes del Mediterráneo Oriental.
«Lamentablemente, ahora está cerrado y celebramos su onomástica el 6 de febrero sin clases y sin profesores», dijo en su discurso Bartolomé, quien estudió en esta institución.
«Tenemos nuestras esperanzas puestas en Turquía; creemos que no está lejos el día en que se vuelva a abrir», agregó.
El patriarca subrayó que esa reapertura sería muy importante no solo para la Iglesia Ortodoxa y para la cristiandad, «sino también para la herencia cultural de nuestra patria».
También Tsipras, que ayer ser reunió en Ankara con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se declaró «conmocionado y contento de estar en la isla histórica de Halki» y calificó su visita de «portadora de esperanza».
«Espero que en mi próxima visita llegue aquí para reabrir el seminario junto con Recep Tayyip Erdogan», concluyó Tsipras.
El primer ministro llegó a la isla acompañado de su pareja, Betty Batsiana, tras una visita a la antigua iglesia bizantina de Hagia Sofia en Estambul.
Fue recibido por el patriarca Bartolomé, y tras asistir a una ceremonia religiosa, ambos salieron al jardín del Monasterio para plantar juntos un árbol, acto al que se sumó también el portavoz de la Presidencia turca, Ibrahim Kalin.
Bartolomé recordó que el seminario, del que han salido 12 patriarcas ecuménicos y varios dirigentes de la Iglesia ortodoxa de Alejandría, Antioquía y Atenas, «fue abierto durante la época otomana, pero cerrado durante la República, algo inexplicable».
Erdogan afirmó ayer no tener «ningún problema» en reabrir el Seminario de Halki, una reivindicación constante de Atenas, pero condicionó una eventual luz verde a su exigencia sobre el nombramiento de los muftíes (juristas) de la minoría musulmana turcoparlante en Tracia, en el noreste de Grecia.
El acuerdo de Lausana de 1923 prevé que esta minoría pueda regirse por la ley coránica en ciertos aspectos, pero Atenas insiste en nombrar por decreto a los muftíes que deben interpretarla, mientras que Ankara aspira a que se elijan en asamblea.
«Le dije a Tsipras que resolviese el problema de los muftíes en Tracia, y yo resuelvo esto», dijo ayer Erdogan.
Tsipras, por su parte, rechazó hoy convertir el seminario en «sujeto de un acuerdo bilateral, negociación o intercambio» y recordó que «cada Gobierno tiene la obligación de defender los intereses de las minorías en su propio país, respetando los principios de libertad religiosa».