Tokio, 8 jul (EFE).- La Bolsa de Tokio registró hoy su mayor caída en lo que va de año ante el desplome de las dos principales plazas chinas, Shanghai y Shenzhen, que parecen encaminadas a encadenar la peor racha de pérdidas de su historia.
El índice Nikkei perdió 638,95 puntos, un 3,14 por ciento, y se situó en 19.737,64 unidades, lo que supone su primer descenso bajo la barrera psicológica de las 20.000 unidades desde el pasado 18 de junio.
El segundo indicador, el Topix, que agrupa a los valores de la primera sección, retrocedió por su parte 54,75 puntos, un 3,34 por ciento, hasta las 1.582,48 unidades.
Los 33 sectores de la plaza nipona retrocedieron con el sector financiero al frente.
Le siguieron las aseguradoras y las acerías.
Tokio abrió en rojo con el enésimo episodio de la crisis griega planeando sobre el ánimo inversor, asunto que en seguida pasó a segundo plano cuando la Bolsa de Shanghái abrió con una caída del 7 por ciento, acentuando la debacle bursátil que vive China desde hace casi un mes.
"Hay preocupación desde hace tiempo sobre la falta de sintonía entre las cotizaciones de Shanghái y la clara ralentización de la economía china. El pronóstico más doloroso se está haciendo realidad", dijo Tsutomu Yamada, analista de kabu.com Securities.
"Pese al estallido de esta burbuja nadie duda de que se mantendrá la demanda china de productos nipones o de que el turismo chino seguirá viniendo (a Japón), pero da la sensación de que deberíamos empezar a depender menos de todo esto", añadió Yamada.
De cualquier modo, los inversores parecen temer la caída de precios de productos nipones en el país vecino, así como menores retornos para la inversión de capital de las empresas niponas en China.
En ese sentido, el fabricante de inodoros Toto, cuyo plan de expansión internacional mira al país vecino, perdió un 7,6 por ciento.
Otras firmas fuertemente dependientes de la demanda china, como el fabricante de ferroníquel Pacific Metals o el de robótica industrial Fanuc, se dejaron un 4,6 y un 4,52 por ciento, respectivamente.
Las pérdidas del Nikkei, que cerró en su menor nivel desde el pasado 15 de mayo, se agudizaron al compás de las caídas en Shanghái, cuyo referencial se llegó a dejar en un momento dado más de un 8 por ciento pese a la línea de liquidez para potenciar las compras activada el fin de semana por Pekín.
Dado que el Gobierno chino puede ejercer una mayor influencia sobre sus mercados en comparación con otros países, los inversores tokiotas estarán pendientes esta semana de las políticas que se puedan activar para contener los efectos del estallido de la burbuja de activos.
También de las negociaciones de Grecia con el eurogrupo, que deberá estudiar esta semana la nueva propuesta de Atenas de cara a evitar una hipotética salida del euro tras el triunfo del "no" en el referendo.
En la primera sección, 1.835 valores retrocedieron frente a los 43 que avanzaron, mientras que 10 cerraron en tablas.
El volumen de negocio ascendió a 3,394 billones de yenes (25.321 millones de euros), por encima de los 2,317 billones de yenes (17.285 millones de euros) de la víspera.