Beirut, 10 feb (EFE).- El sistema sanitario de la localidad siria de Azaz, en el norte de la provincia de Alepo y fronteriza con Turquía, está a punto de colapsar tras la llegada de unas 30.000 personas en los últimos días a áreas limítrofes con el país vecino, denunció hoy Médicos Sin Fronteras (MSF).

En un comunicado, la ONG explicó que el aumento de los combates en Alepo y el éxodo de habitantes están llevando hasta su límite al ya precario sistema sanitario de Azaz.

Recordó que hospitales y centros médicos de la población, así como otros ubicados en la zona rural de los alrededores, han sido golpeados por los bombardeos de las últimas dos semanas, entre ellos tres instalaciones sanitarias respaldadas por MSF.

"El distrito de Azaz ha pagado uno de los precios más altos en esta guerra, en la que seguimos viendo cómo la atención médica es asediada", dijo la coordinadora general de las operaciones de MSF en Siria, Muskilda Zancada.

La responsable humanitaria expresó su "extrema preocupación" por la situación en el sur de Azaz, "donde el personal médico teme por su vida y se ha visto obligado a huir y cerrar los hospitales o a dejar operativos solo algunos servicios de urgencia".

Por ello, la organización exigió a las partes en conflicto que tomen las medidas necesarias para evitar más desplazamientos masivos de población e impedir que se agrave la actual crisis humanitaria.

Asimismo, instó a poner fin a los ataques contra los escasos centros de salud que todavía funcionan y a cesar los combates y bombardeos en zonas con alta densidad de habitantes, al menos hasta que los civiles puedan refugiarse en áreas seguras con servicios básicos.

MSF apuntó que la mayoría de los desplazados por el aumento actual de las hostilidades en Alepo se han trasladado a la frontera con Turquía y asentado en zonas al aire libre alrededor de campos de refugiados que ya albergaban a decenas de miles de personas.

En ese sentido, alertó de que las organizaciones humanitarias están desbordadas y no serán capaces de gestionar la llegada de más desplazados.

"En los campos ya no cabe más gente -advirtió Zancada-. Los recién llegados, incluidos niños y ancianos, tendrán que quedarse durante días al aire libre con temperaturas gélidas. Eso podría provocar importantes problemas de salud, entre los cuales destaca el riesgo de neumonía".

En ese sentido, la ONG expresó su inquietud por la situación de las familias que se localizan fuera de los campos y que casi no han recibido ayuda.

Por ahora, los equipos de MSF en Azaz están distribuyendo entre los desplazados productos de primera necesidad como tiendas de campaña y mantas, y de momento han asistido a 800 familias.

Desde el sábado pasado, el hospital de MSF en el norte de esa localidad ha registrado un incremento de cerca del 50 por ciento de las consultas externas, y efectúa una media de 160 consultas diarias, la mayoría por infecciones respiratorias.

La organización ha aumentado también de 28 a 36 el número de camas disponibles en el centro y se prepara para extender aún más la capacidad de respuesta.