Roma, 12 dic (EFE).- Roma acogerá mañana una cumbre internacional sobre Libia amparada por Naciones Unidas (ONU) y con la que la comunidad internacional pretende mostrar su apoyo a la formación de un gobierno de unidad nacional transitorio en el país norteafricano.

La ONU estará representada por los cinco miembros permanentes de su Consejo de Seguridad -China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia- y por el nuevo enviado especial para Libia, Martín Kobler, que sustituye desde noviembre al español Bernardino León.

También acudirán a la capital italiana los representantes de los dos Parlamentos enfrentados en Libia, el ubicado en Tobruk y reconocido internacionalmente y el considerado rebelde de Trípoli.

Aunque el Ministerio de Exteriores de Italia no ha hecho pública la lista de participantes, ya han oficializado su participación el secretario de Estado de Asuntos Exteriores español, Ignacio Ybañez, y el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier.

La conferencia tendrá lugar en el palacio de la Farnesina, sede del Ministerio de Exteriores italiano, y las delegaciones se reunirán entre las 10.00 y las 14.00 horas locales (09.00 - 13.00 GMT).

Al término del encuentro se celebrará una rueda de prensa en la que hablarán Gentiloni, Kobler y el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry.

El jefe de la diplomacia italiana, Paolo Gentiloni, ha señalado que tras esta reunión es preciso proyectar "un mensaje muy simple: que podemos favorecer condiciones de estabilidad gracias a la cooperación de las principales potencias y de los países del área".

Sin embargo, el ministro anfitrión subrayó que "el acuerdo debe ser entre libios y lo suficientemente integrador para ser respetado".

"No podemos tener un tercer gobierno libio en el exilio y dos que se enfrenten en el país", urgió Gentiloni.

Su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, quien ha participado en Roma en una conferencia sobre el Mediterráneo, ha señalado que se "hará de todo para que la cumbre sobre Libia sea exitosa".

Lo que se pretende es demostrar el apoyo de la comunidad internacional a la creación de un gobierno de unidad transitorio en Libia que ponga fin a más de cuatro años de guerra e inestabilidad tras el derrocamiento del dictador Muamar al Gadafi en 2011.

Libia es un país enorme y considerado clave en el norte del continente africano, no solo por la ingente cantidad de recursos naturales que alberga en su subsuelo, sino porque ejerce de factor desestabilizador en toda la región e incluso en Europa.

Tal es así que para Italia lograr la paz en Libia es una prioridad ya que desde sus costas, prácticamente desprovistas de vigilancia por su situación de Estado fallido, ponen rumbo hacia el país europeo un gran número de inmigrantes.

Desde el pasado 20 de octubre, el país está además inmerso en un vacío legal de poder, ya que han perdido su legitimidad tanto el Parlamento de Trípoli, que no se disolvió en 2014, como la cámara de Tobruk, que fue elegida por espacio de un año.

Por otro lado, el conflicto armado y los desacuerdos políticos en Libia están siendo aprovechados por milicias afines a la organización yihadista Estado Islámico (EI) para extender su territorio en el norte africano y multiplicar su influencia en la región.

Por el momento, los acólitos del EI se han asentado en la ciudad de Derna, próxima a la frontera con Egipto, han penetrado en algunos barrios de Bengazi, segunda urbe del país, y dominan ya casi toda la localidad portuaria de Sirte, situada a escasos 400 kilómetros de las costas italianas.