Beirut, 22 mar (EFE).- El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, instó hoy al pueblo libanés a sublevarse contra el grupo chií Hizbulá, cuyo brazo político forma parte del Gobierno y del Parlamento, pero es considerado como "terrorista" por Washington.

Durante una visita oficial a Beirut, Pompeo subrayó que Hizbulá pone al país en “peligro”, declaración que no fue tenida en cuenta por varios líderes libaneses con los que se entrevistó y que le transmitieron su respaldo al grupo chií patrocinado por Teherán.

“Los libaneses deben sublevarse, con valor, contra Hizbulá que obstaculiza sus esperanzas en un futuro mejor”, dijo Pompeo en una declaración a la prensa conjunta con su homólogo libanés, Gebrán Basil.

Pompeo usó su declaración pública casi exclusivamente para arremeter contra Hizbulá, grupo que considera que está dirigido desde Teherán, lo que, según él, supone una amenaza para la soberanía libanesa.

“Las decisiones de Hizbulá están teleguiadas por Irán, que no desea la estabilidad del Líbano, ya que ve en ello una amenaza para sus ambiciones de hegemonía”, comentó.

El jefe de la diplomacia estadounidense lanzó repetidas acusaciones contra la milicia chií y señaló que el grupo es responsable de cargos de terrorismo, tráfico de drogas y lavado de dinero.

“Hizbulá roba los recursos del Estado y el pueblo libanés no debería sufrir por sus crímenes”, agregó Pompeo, que subrayó que las actividades ilícitas del grupo chií “ponen al Líbano bajo el microscopio del derecho internacional”, lo que acarrea consecuencias para la población.

Asimismo, Pompeo indicó que "el apoyo de Irán a Hizbulá no solo representa una amenaza para el Estado libanés sino también socava la posibilidad de paz entre los palestinos e israelíes".

Según él, el pueblo libanés se enfrenta a dos opciones: “o bien hacer frente con valor a los crímenes, amenazas y terrorismo de Hizbulá o bien permitirle, así como a Irán, que lo dominen”.

La presión sobre Hizbulá, explicó Pompeo, se enmarca en la estrategia de limitar la influencia iraní en Oriente Medio, y pasa por continuar aplicando sanciones económicas contra el país de los ayatolás y contra su socio libanés.

"Nuestra presión contra Irán es simple: cortar la financiación. Y está funcionando", aseveró Pompeo, que también consideró que las sanciones están afectando a Hizbulá y está "restringiendo sus actividades".

Basil, por su parte, aseguró que Hizbulá es un “partido libanés, no terrorista, que se beneficia de un apoyo popular y tiene diputados”.

El jefe del Estado, Michel Aoun, y el presidente del Parlamento, Nabih Berri, que se habían reunido poco antes con Pompeo y son aliados de Hizbulá también hicieron manifestaciones en este sentido.

Berri le dijo a Pompeo que las sanciones contra el grupo chií tienen repercusión negativa en la economía libanesa.

Estados Unidos anunció el pasado mayo un aumento de las sanciones contra la cúpula de Hizbulá, incluido el líder del grupo chií, Hasán Nasralá.

Hace dos semanas, Nasralá pidió a los simpatizantes del grupo chií, que se considera a sí mismo un movimiento de resistencia contra Israel, que aporten donaciones para hacer frente a las sanciones, que están causando problemas financieros al grupo.

Al margen de la cuestión del grupo chií, Aoun solicitó también a su interlocutor “ayudar al Líbano a repatriar a los desplazados sirios a las zonas seguras en Siria”, recordando que hay más de un millón de ellos en el país.

Pompeo también se reunió con el primer ministro, Saad Hariri, principal rival político de Hizbulá en el Gobierno y con el que evocó la importancia de la asociación entre los EE.UU. y el Líbano en el ámbito de la seguridad.

El secretario de Estado tiene previsto regresar mañana a Estados Unidos, después de concluir una gira por tres países de Oriente Medio que en los últimos días le llevó a Israel y Kuwait.