Kabul, 16 may (EFE).- Al menos tres supuestos comandantes talibanes murieron en enfrentamientos de ese grupo insurgente y el Estado Islámico (EI) por el control de varias áreas remotas de la provincia de Nangarhar, en el este de Afganistán, informaron hoy a Efe fuentes oficiales.

Los comandantes insurgentes perecieron en choques ocurridos en los últimos días entre ambas formaciones en dos distritos fronterizos con Pakistán, donde continúa el intercambio de fuego, dijo un portavoz del Ejército afgano en el este del país, Numan Hatifi.

Entre los fallecidos se encuentran el gobernador en la sombra y el jefe de seguridad talibán del distrito de Dur Baba, según indicó la fuente y confirmó el Ministerio de Defensa afgano en un comunicado.

«Los enfrentamientos han forzado a algunos residentes de los dos distritos a abandonar sus casas y otros todavía están atrapados entre las balas de ambos grupos», explicó a Efe un miembro del Consejo Provincial, Israrullah Murad.

Ante la actual situación, un grupo de ancianos tribales se desplazó a la capital de Nangarhar, Jalalabad, para pedir al Gobierno que expulse a los insurgentes de las áreas residenciales.

Las áreas fronterizas con Pakistán tienen un importante valor estratégico para los insurgentes en Afganistán, cuyo escenario de guerra ha sido alterado con la reciente irrupción de nuevos grupos que proclaman su lealtad al EI.

El mes pasado el presidente afgano, Ashraf Gani, confirmó la autoría del Estado Islámico en el primer atentado reivindicado por ese grupo, advirtiendo de que el país se enfrenta a «un nuevo tipo de guerra» por parte de «terroristas extranjeros».

La OTAN puso punto final en 2014 a su misión de combate en Afganistán, la ISAF, sustituida desde enero por una operación con 4.000 soldados en tareas de asistencia y capacitación, y que será seguida a su término de otra liderada por civiles pero con un componente militar.

Estados Unidos mantiene su misión «antiterrorista» de combate en Afganistán con cerca de 11.000 soldados, que tienen previsto permanecer en el país hasta 2016, aunque Washington se está replanteando los términos y la duración de esa operación.