Rabat, 14 nov (EFE).- El rey Mohamed VI de Marruecos y el presidente francés, Emmanuel Macron, inaugurarán mañana el primer tren de alta velocidad (TGV, en francés) del Magreb, que unirá Tánger con Casablanca, pero que por el momento no entrará en servicio.

Fuentes de la Organización Nacional del Ferrocarril (ONCF), que explotará la nueva línea, aclararon a Efe que la línea no va a estar operativa a partir de mañana y dijeron desconocer cuándo entrará en servicio, de forma parcial (de Tánger hasta Rabat) o total (hasta Casablanca).

Del mismo modo, aseguraron que desconocen otros detalles, como los precios de los billetes, los horarios y frecuencias de los trenes y cómo se compaginará la nueva línea rápida con la ya existente.

Así, la inauguración que tendrá lugar mañana es meramente simbólica y va a consistir en la presentación de dos nuevas estaciones y un viaje protocolario en el nuevo tren del rey Mohamed VI y el presidente Macron, que tienen previsto almorzar a bordo del ferrocarril, construido por empresas francesas.

Según fuentes diplomáticas francesas, Macron y Mohamed VI subirán al tren en Tánger y harán el viaje juntos hasta Rabat poco después del mediodía, y de inmediato Macron regresará a Francia, ya que esta no es una visita de Estado.

El TGV marroquí cubrirá unos 340 kilómetros entre Tánger y Casablanca, pero su velocidad de crucero (320km/hora) solo la alcanzará en el primer tramo de 200 kilómetros entre Tánger y Kenitra; desde ahí, es decir, en la zona más poblada, bajará hasta algo más de la mitad.

El contrato, por un monto de 20.000 millones de dirhams (unos 1.900 millones de euros, financiados en un 51% por el Estado francés), fue adjudicado directamente y sin licitación pública a la compañía francesa Alstom, que en 2017 se fusionó con Siemens (curiosamente, la compañía alemana aspiraba a llevarse el contrato del TGV).

El costo del TGV ha despertado numerosas críticas en Marruecos por la prioridad dada a un proyecto oficialmente llamado "estructural", pero que no hace sino reforzar la preeminencia del "eje útil", el que discurre entre Tánger y Casablanca, en detrimento de las zonas menos desarrolladas del país, en su interior, con graves carencias en infraestructuras y servicios públicos básicos.