La Valeta, 12 nov (EFE).- Los líderes europeos acordaron hoy celebrar una cumbre extraordinaria con Turquía, probablemente a finales de noviembre, y se comprometieron a concretar en las próximas semanas el apoyo financiero que darán a ese país para que contenga la llegada de refugiados a territorio comunitario.

"Confiamos en establecer una relación mutuamente beneficiosa (con Turquía) que nos ayude a hacer frente a la crisis actual", señaló el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, al término de la cumbre extraordinaria de líderes europeos que se celebró hoy en la capital maltesa.

"Hemos acordado que para lograrlo, la Unión Europea (UE) hará lo necesario, al tiempo que espera que Turquía también desempeñe su parte", añadió.

Tusk adelantó que el próximo lunes, junto al presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, se reunirá con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y con su primer ministro, Ahmet Davutoglu, en los márgenes de la cumbre del G20 en Antalya.

Asimismo anunció en rueda de prensa que la UE está dispuesta a celebrar una cumbre de sus 28 Estados miembros con Turquía "tan pronto como sea posible".

"Aún no tengo una fecha, pero podría ser aún este año, después de que se haya constituido el nuevo Gobierno. Es muy posible que tenga lugar a finales de noviembre", sostuvo.

El presidente de la CE, que hoy presentó una propuesta a los Veintiocho para lograr una financiación rápida de 3.000 millones de euros para Turquía, dijo por su parte que los países comunitarios se comprometieron en las "próximas semanas" a concretar a cuánto podrían ascender sus contribuciones.

Juncker propuso a los líderes incluir en el presupuesto comunitario 500 millones de euros para que Turquía gestione la llegada de refugiados a su territorio y les pidió que aporten otros 2.500 millones, para llegar así a ese total de 3.000 millones.

España tendría que dar más de 191 millones de euros de ese total, según la clave de reparto basada en el PIB que propuso Bruselas, mientras que las aportaciones de otros países serían mayores como en el caso de Alemania (534 millones), Francia (386 millones) y Reino Unido (409 millones).

La canciller de Alemania, Angela Merkel, dijo que su país está en la fase final de la elaboración de sus presupuestos y que verán qué márgenes pueden encontrar para realizar el desembolso, al tiempo que recalcó que espera "progresos" con Turquía en cuanto a la cuestión de Chipre, cuyo norte mantiene bajo control militar desde hace casi cuatro décadas.

Por su parte, el presidente de Francia, François Hollande, explicó que lo acordado en esa reunión es una horquilla en la que debe situarse la financiación a Turquía, pero no una cifra concreta.

Hollande señaló que aún está por definir qué parte de esos 3.000 millones podrían proceder de las arcas comunitarias y qué parte aportarían directamente los países de la UE, al tiempo que dijo que ha pedido que se cree un grupo técnico para trabajar sobre esta cuestión.

Los Veintiocho celebraron esta reunión justo después de una cumbre de dos días con África, y de que Suecia y Alemania anunciasen controles temporales en sus fronteras, y Eslovenia el refuerzo de su frontera con Croacia.

"No hay duda de que el futuro de Schengen está en juego y el tiempo se está acabando", consideró Tusk, quien dijo que las decisiones de las últimas semanas prueban la gravedad de la situación y la necesidad de recuperar el control de las fronteras exteriores.

Tusk hizo hincapié en que para lograrlo, la UE cumplirá con sus obligaciones internacionales de garantizar el derecho de asilo, pero subrayó que "debe quedar claro que sin registro (de refugiados) no puede haber derechos" y que éstos no tienen derecho a escoger destino dentro del territorio comunitario.

Por último, celebró que República Checa, Eslovaquia y Hungría hayan ofrecido hoy destinar a 225 expertos para reforzar la Agencia Europea de Fronteras Exteriores (Frontex) y a la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO) que cooperan en el proceso de identificación de demandantes.

La UE se centrará ahora en acelerar la aplicación de las medidas acordadas hasta el momento, como la reubicación en los próximos dos años de 160.000 refugiados, de los que por ahora solo se ha trasladado a 147 hasta Finlandia, Francia, Suecia, Luxemburgo y España.

Juncker reconoció que no está "en absoluto satisfecho" con el ritmo de reubicación, y pidió que sea más ambicioso ya que de lo contrario, dijo con ironía, la reubicación "no acabará hasta el año 2101".

María Ruiz y Gonzalo Sánchez