Nairobi, 12 jun (EFE).- El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, se reunió hoy con el alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, y pidió la colaboración de ACNUR para repatriar a Somalia a los refugiados que viven en el campo de Dadaab.
"La decisión de repatriar a los refugiados es definitiva y organizaciones como ACNUR deberían dar un paso al frente y trabajar para que el proceso se lleve a cabo de forma humana y sin amenazar la vida de nadie", explicó el portavoz de Presidencia, Manoah Esipisu, en una rueda de prensa tras el encuentro.
A finales de mayo, el Gobierno keniano anunció que pretendía cerrar el campo de refugiados de Dadaab, que acoge a más de 300.000 somalís desde hace dos décadas, antes del noviembre próximo por una "cuestión de seguridad nacional", pues las autoridades aseguran que muchos ataques de Al Shabab en Kenia se organizaron allí.
Este lunes está previsto que Filippo Grandi ofrezca una rueda de prensa para aclarar la postura de ACNUR en un proceso que en el pasado ya ha generado dudas en el seno de la agencia por la dificultad y el peligro que supone repatriar a cientos de miles de personas a un país que todavía sufre los estragos de Al Shabab.
Esipisu también indicó que Kenyatta viajará a Bélgica en unos días para buscar el apoyo de la Unión Europea, un mensaje que ya ha transmitido a los diplomáticos europeos que viven en Nairobi.
Esta semana el presidente de Somalia, Hassan Mohamud, realizó una visita oficial a Kenia y ofreció la colaboración de su Gobierno para realizar una repatriación "ordenada, humana y digna" de los refugiados.
Las fuerzas de seguridad han señalado Dadaab como base de operaciones de militantes del grupo terrorista Al Shabab, que según informes de inteligencia se mezclan entre los refugiados para planificar los atentados que luego cometen en Kenia.
Somalia vive en estado de guerra y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin Gobierno y en manos de milicias y señores de la guerra.
Desde el inicio de la transición democrática en 2004, el Gobierno Federal de Somalia ha tenido que hacer frente primero a la amenaza de la Unión de Tribunales Islámicos (hasta 2006) y luego a la del grupo islamista radical Al Shabab, afiliado a Al Qaeda, que a día hoy todavía controla grandes partes del centro y del sur del país.
Estos 25 años de conflicto continuado han provocado casi un millón de refugiados -la mayoría de los cuales viven en Kenia, Yemen y Etiopía- y otro millón de desplazados internos, según datos de ACNUR.