Nairobi, 31 may (EFE).- El Gobierno de Kenia anunció hoy que cerrará el campo de refugiados de Dadaab antes del próximo mes de noviembre por razones de seguridad y garantizó que la repatriación de los más de 300.000 somalís que viven allí se hará de forma humana y segura.
Hace un mes, Kenia ya había advertido que por una "cuestión de seguridad nacional" no quería acoger a más refugiados a pesar de que la medida tendría "consecuencias adversas para sus vidas".
"Vamos a preparar la cuestión de la seguridad de los refugiados, la forma más humana de que se marchen, pero es una operación de Naciones Unidas y estamos aquí para ayudarles", declaró el ministro del Interior, Joseph Nkaissery.
La ministra de Asuntos Exteriores de Kenia, Amina Mohamed, se reunió este mismo martes con su homólogo somalí, Abdisalam Omer, y con representantes de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) para revisar el programa de repatriaciones voluntarias firmado en 2012, que no ha tenido los efectos esperados.
Omer aseguró que su país está dispuesto y preparado para recibir a los refugiados y agradeció "el sacrificio realizado por Kenia acogiendo a refugiados somalís durante más de dos décadas".
A falta de poco más de un año para las elecciones presidenciales, el debate sobre la presencia de los refugiados somalís en Kenia ha vuelto a ponerse en primera plana de la política nacional.
Las fuerzas de seguridad han señalado a Dadaab como base de operaciones de militantes del grupo terrorista Al Shabab, que se mezclan entre los refugiados para planificar los atentados que luego cometen en Kenia.
No es la primera vez que el Gobierno amenaza con cerrar el campo de Dadaab, pero la medida cogió más fuerza tras la masacre del grupo terrorista Al Shabab en la Universidad de Garissa en abril de 2015, que se cobró la vida de 148 personas.