Dublín, 20 dic (EFE).- El Gobierno irlandés confirmó hoy que creará nuevas áreas de oficinas y aparcamiento para cientos de camiones en los puertos de Dublín y Rosslare (sur), con el objetivo de hacer frente a los controles aduaneros adicionales que serían necesarios si el Reino Unido sale de la UE sin acuerdo.

Esa y otras medidas de emergencia están incluidas en el plan de contingencia diseñado por el Ejecutivo para hacer frente a un "brexit" desordenado, uno de los escenarios posibles ante las dificultades que tiene la primera ministra británica, Theresa May, para que su Parlamento ratifique el pacto de salida que ha suscrito con Bruselas.

Las principales líneas de actuación del documento, de 130 páginas, fueron adelantadas anoche por el viceprimer ministro irlandés, Simon Coveney, un día antes de lo esperado ante las quejas de los partidos de la oposición.

"Para Irlanda, un 'brexit' sin acuerdo podría tener unos graves impactos macroeconómicos, estratégicos y sectoriales", dice el texto del plan, cuyo contenido completo ha sido divulgado hoy.

El Gobierno de Dublín está "acelerando" los preparativos de contingencia para ese escenario, entre los que figura también la introducción de "nuevas leyes" en el Parlamento el próximo enero, tres meses antes de la fecha oficial del "brexit", prevista para el 29 de marzo.

Además de comprar nuevos terrenos en los puertos de Dublín y Rosslare, en el condado de Wexford, para evitar congestiones en el tránsito de camiones procedentes del Reino Unido, también se adoptarán medidas adicionales en el aeropuerto de la capital, a fin de agilizar los nuevos controles aduaneros.

En consecuencia, el Gobierno ya está aumentado las plantillas en departamentos clave como Hacienda, Agricultura, Alimentación y Pesca.

Asimismo, se compromete a mantener la cooperación en materia de seguridad entre los cuerpos policiales de la República de Irlanda y de la provincia británica de Irlanda del Norte.

El documento advierte de que la ausencia de un acuerdo comercial entre Londres y Bruselas impondría la aplicación de las tarifas fijadas por la Organización Mundial del Comercio (OMC), lo que podría afectar a las "cadenas de suministro" y al "coste y/o disponibilidad de importaciones" británicas.

El impacto económico, señala, sería mayor en ciertas regiones, sobre todo en las fronterizas como Irlanda del Norte, y en las actividades de las pequeñas empresas irlandesas que dependen del comercio con esa provincia y con Gran Bretaña (Inglaterra, Escocia y Gales).

Coveney, no obstante, precisó que su Gobierno no está preparando planes de contingencia para hacer frente al posible restablecimiento de una frontera "dura" entre las dos Irlandas.

El viceprimer ministro y titular de Asuntos Exteriores indicó que "sería muy difícil" evitar una barrera física en la isla si el Reino Unido abandona la UE sin acuerdo, aunque confió en que el pacto del "brexit" supere la votación prevista en Westminster la semana del próximo 14 de enero.

Para entonces, May confía en haber obtenido de Bruselas aclaraciones sobre la llamada "salvaguarda irlandesa", diseñada para mantener abierta tras el "brexit" la frontera norirlandesa, clave para la economía y el proceso de paz.

Esa garantía establece que, si no hubiera un acuerdo comercial bilateral con la UE al término del periodo de transición, en diciembre de 2020, todo el Reino Unido formaría una unión aduanera pero Irlanda del Norte tendría un estatus especial más alineado con el mercado único europeo.