Londres, 17 oct (EFE).- El ministro británico de Economía, Philip Hammond, se ha mostrado a favor de retrasar las medidas de control de la inmigración tras el "brexit" -la salida de la UE-, lo que ha provocado malestar entre los euroescépticos, revela hoy la prensa.
En una reunión del Gobierno de la primera ministra, Theresa May, la semana pasada, Hammond pidió cautela a sus compañeros al discutirse un plan para aplicar un nuevo sistema de permisos de trabajo para los comunitarios como manera de reducir el ingreso de extranjeros una vez concretado el "brexit".
Los medios británicos se hacen eco hoy de esta información y resaltan las supuestas diferencias en el Gabinete de May sobre si el Reino Unido debe apoyar un "brexit" duro -la salida del mercado único y el control de la inmigración- o suave -seguir en el mercado único y permitir algún tipo de movimiento de personas-.
Al parecer, Hammond pidió cautela cuando la ministra de Interior, Amber Rudd, presentó sus planes para aplicar visados tras el "brexit" y que necesitarían los comunitarios que demuestren que tienen un trabajo cualificado en el Reino Unido.
Según informa hoy "The Daily Telegraph", la posición de Rudd hace pensar que el Reino Unido abandonaría el mercado único -brexit duro-, algo que al parecer no comparte Hammond.
La reunión tuvo como objetivo explorar algunas propuestas sobre el "brexit" y no implica de ninguna manera que el Gobierno haya llegado a una posición concreta sobre la futura política de inmigración que tendrá el Reino Unido.
No obstante, los sectores más euroescépticos del Gobierno, según la prensa, han manifestado su frustración por la posición de Hammond, que ya ha alertado de las turbulencias que pueda afrontar la economía del Reino Unido de cara al "brexit".
El Ejecutivo ha afrontado críticas en las últimas semanas después de que la titular de Interior diera a conocer planes para obligar a las empresas a revelar el número de sus empleados extranjeros a fin de promover la contratación de británicos.
May aún no ha indicado cómo será la situación de los comunitarios que viven en el Reino Unido una vez que el país salga de la UE.
La primera ministra ha informado ya de que activará el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que fija un periodo de negociaciones de dos años sobre la salida de un país comunitario en el primer trimestre de 2017, por lo que el país estaría fuera del bloque en 2019.